Acuse de recibo
Esta columna agradecerá siempre a las entidades aludidas sus respuestas a los planteamientos y quejas de los ciudadanos. Eso de por sí confiere respeto a la institución, porque a fin de cuentas el sentido primigenio de toda gestión pública es el ser humano.
Pero hay contestaciones que, lamentablemente, se quedan a medias en el camino del esclarecimiento. Ese es el caso de dos respuestas que, si bien cumplieron con el principio del respeto al remitente, dejaron lagunas.
El pasado 15 de julio esta sección reflejó una queja del lector Pedro Blanco Guerra acerca de la inaccesibilidad de los pasajeros, en la terminal La Coubre, en La Habana Vieja, al único baño que entonces prestaba servicios en tan concurrida instalación. Señalaba el remitente que el único servicio sanitario activo era para los empleados.
Al respecto responde el ingeniero Mario Carabeo Corrales, director general de la Empresa de Servicios de Reservación Viajero, quien aclara que como parte del mantenimiento y remodelación de esa instalación se encontraban reparando los cuatro baños de la terminal, «lo que no implica que se produzca el cierre de los mismos».
Carabeo insiste en las acciones que se acometen en la estación La Coubre, y en la disposición a responder a cualquier señalamiento, pero no precisa la esencia del asunto: ¿Por qué se negó el acceso de los pasajeros al único baño disponible?
El segundo caso es la respuesta que envía el arquitecto Antonio Lago Taño, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Sancti Spíritus, a la demanda de Nicel Lara y Nancy Pelletero, de calle Juan Manuel Feijoo, entre Maceo y Campos, Trinidad, revelada aquí el pasado primero de junio: en ese barrio no llega el agua. Los vecinos no dominan si la causa es de tupición en la conductora y se han quejado a la citada entidad sin ningún resultado. «Cada vez que llamamos para solicitar una pipa, no nos dan una respuesta convincente o la llamada no pasa al nivel que debe», testimonian los remitentes.
A propósito, Taño aclara que a raíz de lo publicado fueron visitadas las remitentes por funcionarios de esa entidad y del territorio.
El directivo reconoce «el justo reclamo con relación a la ineficiencia en el abasto de agua, ya que en el lugar durante el período de seca se agrava el suministro del líquido, independientemente de que las redes de distribución existentes en la zona no son las adecuadas. Se necesita efectuar una inversión para solucionar definitivamente esta problemática, lo cual fue explicado pormenorizadamente a las reclamantes».
Taño señala que las remitentes quedaron conformes «con la alternativa del suministro sistemático de agua en pipas en un ciclo adecuado».
Agradezco a Taño su respuesta, así como a Carabeo en el primer caso. Pero no se responde por qué las solicitudes de los vecinos no fueron atendidas antes. Lo esencial es la respuesta oportuna, que no deje lugar a dudas ni provoque que los ciudadanos tengan que acudir a este modesto, pero siempre sensible interlocutor que es Acuse de Recibo.