Salvados por la hipnosis. Autor: Odalis Riquenes Cutiño Publicado: 04/05/2019 | 10:26 pm
SANTIAGO DE CUBA.— Desde hace poco más de un año el pequeño Anderson no precisa de medicamento alguno para combatir el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que le diagnosticaron en su área de salud y que tanto inquietaba a su familia.
Durante todo ese tiempo, cada tarde de miércoles, desde las espaciosas aulas de la Facultad No. 1 de la Universidad de Ciencias Médicas santiaguera que sirven de sede a la Clínica de Hipnosis Terapéutica, juegan él, la doctora Glenda Ramírez y su amigo imaginario.
Así, el infante suple la necesidad que declaró a su terapeuta al llegar a la primera consulta: «Yo solo quiero que alguien juegue conmigo…», y, con ayuda de la hipnosis, extrae de su inconsciente las herramientas que le permiten mejorar su interacción social y transformar su comportamiento en casa.
Los progresos se notan, para satisfacción de la madre agradecida, de su hipnoterapeuta y del niño, quien a pesar de que hace seis meses fue dado de alta, cada miércoles insiste en ser el primero en la lista de la joven sicóloga.
Se siembra una semilla
Raciel confía a la sicóloga Glenda Ramírez y a la hipnosis la solución de su terror nocturno.
El regocijo del niño Anderson y su familia no es único. Son muchas las historias que han tenido un final diferente, de autoconfianza, seguridad en sí mismos y resiliencia, desde que en diciembre de 1993 el profesor titular y emérito de la Universidad de Ciencias Médicas (UCM), Doctor Alberto Cobián Mena, al frente de un grupo multidisciplinario de sicólogos, siquiatras, inmunólogos, neurofisiólogos… fundó la Clínica y sembró la semilla de las aplicaciones terapéuticas de la hipnosis en Cuba.
Los primeros pacientes fueron estudiantes y profesores de la misma UCM. «Alopecias, trastornos emocionales y fobias de nuestros compañeros fueron tratados con éxito». Así lo relata, en franca regresión en el tiempo, el Doctor Cobián Mena, presidente fundador de la Asociación Panamericana y Caribeña de Hipnosis Terapéutica, y líder, hasta hoy con el mismo entusiasmo y rigor, de aquel grupo.
A falta de una sede, las aulas de la Facultad de Medicina No. 1 ceden su espacio a la Clínica de la Hipnosis.
En lo adelante, aquel proyecto comenzaría a crecer y a desbrozar mitos, siempre cobijado por el compromiso y la entrega de los profesionales que lo encaminaron, la combinación del quehacer investigativo con la labor asistencial y el aporte voluntario y entusiasmado de muchos jóvenes que se vincularon con la técnica desde la propia carrera.
La apertura en la UCM de una Maestría en Medicina Natural y Tradicional en 1996, que incluía un módulo de Hipnosis, evoca Alberto Cobián, también presidente de la Sociedad Cubana de Sicología de la Salud, les abrió la oportunidad de enseñar a hacer teniendo la Clínica como referente para el manejo de problemas de salud con esta modalidad terapéutica.
Fue tal el éxito, explica el profesor, que casi un tercio de las tesis para obtener el título de máster en aquella ocasión, escogieron a la hipnosis como temática, comenzando así a caracterizar y avalar su empleo en campos como la Odontología, las disfunciones sexuales, el manejo del dolor y las algias vertebrales, entre otras.
Ya en 1999 se sintieron capaces de convocar y organizar el 1er. Taller internacional de hipnosis terapéutica y técnicas afines, que desde entonces es espacio para actualizar saberes, descubrir principios y enfoques comunes, y vitrina para mostrar los avances en el empleo de esta técnica milenaria en el tratamiento a pacientes con diferentes patologías.
Nombres como los de Adrián Balart Cuevas, Carlos Martí, Roberto Puentes, Yosmel Toirac, Emilio Silegas, o la profe Betania Castellanos, imprescindible en la aplicación de la hipnosis en la batalla contra los hábitos bucales deformantes, marcan hasta hoy una impronta.
Certezas de hipnoterapeutas
Hacemos hipnoterapia para ayudar a las personas que lo necesitan, desde máximas como el respeto a su dignidad, la ética, el profesionalismo y, sobre todo, el humanismo. Esa es la divisa de nuestro quehacer, ha dicho el profesor Alberto Cobián Mena.
Y el joven doctor Adolfo Rafael Lambert Delgado, para todos «Adolfito», subdirector de la clínica, lo ratifica. Y añade enfático que su vida académica, sus éxitos y crecimiento profesional son fruto de la hipnosis.
Como casi todos se vinculó con la clínica desde sus tiempos de estudiante, en el segundo año de la carrera de Medicina. Desde allí dio sus primeros pasos como estudiante investigador, conquistó el Premio del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y el Sello Forjadores del Futuro, que a propuesta de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) otorga el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, entre otros reconocimientos, y se sumergió de lleno y sin regreso en temas como el uso de este proceder naturalista en el tratamiento de la hipertensión arterial o la enuresis infantil.
De la mano de las bondades de la hipnosis se hizo especialista de Segundo Grado en Medicina General Integral, hoy prepara su tesis de residencia en siquiatría infanto-juvenil y de maestría, y con solo 38 años acaba de ser electo presidente de la Asociación Panamericana y Caribeña de Hipnosis Terapéutica.
«La hipnosis me salvó profesionalmente, salvó a mis pacientes», comenta emocionado, mientras evoca cómo pudo aliviar dolores cuando como parte de su servicio social ejercía en las serranías del Tercer Frente y no tenía a mano el medicamento idóneo.
«Gracias a la hipnosis pude hacer maravillas», insiste, desde el relato de los milagros de ciencia que consiguió en nombre de la medicina cubana en las difíciles condiciones del Amazonas venezolano o en comunidades brasileñas alcanzadas por el Programa Más Médicos.
El empleo de la hipnosis puede ser útil en el tratamiento de casi todas las enfermedades; combinada con terapias convencionales y otras técnicas, potencia su acción, es un proceder inocuo que tiene ventajas hasta desde el punto de vista económico, pues al ser rápido y efectivo permite reducir los costos del empleo de medicamentos, explica.
A los profesionales de la Salud, al decir de Lambert Delgado, conocer y utilizar la hipnosis les da una formación más integral; por eso lamenta que a este proceder no se le dé aún en el país la importancia que debiera entre las técnicas de medicina natural y tradicional (MNT), ni se incluya con mayor profundidad en los programas curriculares de formación de los profesionales de la Medicina, lo que pudiera contribuir a reducir los mitos y prejuicios que existen en torno a esta.
«Aunque forma parte de los programas de la asignatura de Sicología, se da solo informativamente; no se enseña a hacer hipnosis, salvo en determinados lugares donde los profesores tienen los conocimientos. La hipnosis es una herramienta más que tiene el médico; una herramienta valiosa que debería formar parte de las materias que se aprenden en la carrera, insiste Lambert Delgado.
Y su certeza es también la de otros jóvenes que integran la nueva hornada de hipnoterapeutas en Santiago de Cuba, como Wilviams Cobas Contreras, Marcos Enrique Zaldívar, José Luis Reyes y Glenda Ramírez, enamorados de la hipnosis, que cada semana retan obstáculos como residir en municipios y poblados alejados de la cabecera provincial, o los avatares de dividirse entre la clínica y la responsabilidad en sus puestos de labor en otras instituciones de salud, para estar con sus pacientes.
Ciencia y sensibilidad
El empleo de la hipnosis puede ser útil en el tratamiento de casi todas las enfermedades. Desde la posición de sentado o acostado se practica esta técnica en Santiago de Cuba.
En estos momentos la Clínica de Hipnosis Terapéutica es un servicio de ciencia y técnica certificado de la UCM, que combina la atención a pacientes de todas las edades y los más diversos problemas de salud (todos los miércoles a partir de las cuatro de la tarde), con la realización de investigaciones básicas y aplicadas, de conjunto con instituciones del territorio como los hospitales Saturnino Lora y el Infantil Sur, que aportan con el concurso de reconocidos especialistas como los doctores Arquímedes Montoya y Jorge Guilarte, entre otros.
«Hacemos hipnosis con mucha seriedad, nuestra práctica está respaldada por las investigaciones», enfatiza el doctor Lambert Delgado.
Estudios experimentales que ofrecen metódicas para el tratamiento de entidades como fobias, depresión, ansiedad, ira; disfunciones sexuales, dermatopatías como la psoriais y el vitiligo; enuresis y enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus; asma, el manejo del dolor y trastornos de sueño, el empleo de la hipnosis como método anestésico en intervenciones quirúrgicas y en la corrección de hábitos bucales deformantes, entre muchos otros, han sido desarrollados en la Clínica de Hipnosis santiaguera.
Igualmente, explica el Doctor Alberto Cobián, y con el aporte del Departamento de Ciencias Fisiológicas de la Facultad de Medicina No. 1 desarrollan investigaciones básicas: mediciones de diferentes variables o componentes fisiológicos, estudios de caso, investigaciones cuantitativas y cualitativas, encaminadas a describir los fundamentos neurofisiológicos de la hipnosis, que han constituido aportes en Cuba en este campo.
Publicaciones como los libros La hipnosis y sus aplicaciones terapéuticas y Yo sí creo en la hipnosis, con gran acogida entre los interesados en el tema, son la evidencia de lo alcanzado. Pero uno de los aspectos descollantes del trabajo en la clínica santiaguera está en su decisiva contribución a la formación de hipnoterapeutas no solo en Santiago, sino en Cuba y la región Latinoamericana y caribeña, desde la constante realización de cursos básicos y de avanzada y diplomados que preparan a sus estudiantes en aspectos teóricos y prácticos y los forman desde el conocimiento y la ética para un competente desempeño.
Así pudo constatarse durante la realización del 11no. Taller internacional de hipnosis terapéutica y técnicas afines (HipnoSantiago 2019), que con la participación de profesionales de 17 países devino tribuna para el contundente y unánime reconocimiento a la contribución cubana, desde Santiago de Cuba, a la formación de hipnoterapeutas en países como España, Puerto Rico, México, Panamá, Chile, Colombia, Brasil y Uruguay.
«Lo que estamos haciendo en hipnosis terapéutica en otros países es producto de Cuba; ustedes tienen que sentirse muy orgullosos», dijo durante las sesiones del evento —celebrado recientemente— la presidenta de la Asociación Panameña de Hipnosis Terapéutica, doctora Adriana Shaik de Sandoval, sintetizando el sentir general.
Y su criterio fue secundado por prestigiosas personalidades vinculadas con el tema en la región, y también en Cuba, pues la clínica de la ciudad indómita ha sido igualmente referente para la formación de hipnoterapeutas en provincias como La Habana, Camagüey, Holguín, Granma y Guantánamo.
De deudas y adherencias
Tras 25 años de quehacer intenso y fecundo, no exento de incomprensiones y obstáculos, la Clínica de Hipnosis Terapéutica de la UCM santiaguera sabe de «adherencias terapéuticas» y de deudas; de gratificaciones y retos.
Tanta entrega y compromiso les ha hecho merecedores de reconocimientos como el Premio HipnoCaribe, otorgado en Puerto Rico en 2004, el Sello Forjadores del Futuro, que recibieron como equipo en los años 1995 y 2000, y de manera individual muchos de sus integrantes en varias ocasiones.
Asimismo, en más de una ocasión consiguieron liderar los salones de MNT del Fórum científico estudiantil de las ciencias médicas y fueron incluidos por el Citma en la provincia entre los 50 resultados científicos-técnicos más relevantes en la historia revolucionaria de Santiago de Cuba.
Sin embargo, todavía en ocasiones los lacera el desconocimiento y la subvaloración hacia esta forma de hacer ciencia, que quizá tiene su expresión más contundente en el hecho de que a pesar de medio siglo de aportes y demostraciones aún no cuenten con una sede, un local propio, estable, con las condiciones necesarias, que los libere de esperar a que concluyan las clases en la Facultad de Medicina, o de la constante negociación de los espacios con otros profesores para poder trabajar.
No obstante, y como ratifica el doctor Cobián Mena, los anima y gratifica la satisfacción de poder ayudar a personas que lo necesitan, que acuden a ellos buscando transformar sus vidas, y ese es el mejor estímulo para continuar dispuestos a soñar y asumir riesgos.
Por lo pronto avistan un anhelo alto: crear el Centro Internacional de Desarrollo de la Hipnosis Clínica y Terapéutica, que con sede en Santiago y réplicas en otros países, sea capaz de garantizar una formación doctoral en esta temática. Las condiciones desde el punto de vista del conocimiento ya las tienen.
Saben que además ello implica cooperación y esfuerzo; pero 25 años de entrega tras los milagros de este sueño especial que es la hipnosis los han preparado para conseguirlo.
¿Qué es la hipnosis?
Doctor Alberto Cobián.
Desde la locuacidad y didáctica que lo caracterizan, el doctor Alberto Cobián explica que la hipnosis se define como la creación de un estado especial de funcionamiento del cerebro, siempre condicionado por la palabra, que logra que el sujeto funcione bajo condiciones especiales y permite el logro de procesos de cambio: restructuración del pensamiento, de ideas, de conductas.
Es un proceder que opera a partir de la relación mente-cuerpo y hace que afloren también elementos reprimidos en las historias personales que son productores o génesis de alteraciones. Por lo tanto puede ser de gran valía para tratar trastornos de carácter afectivo y sicológico, pero también otras de carácter sicosomático.
Estudios neurofisiológicos han demostrado que mediante la hipnosis es posible modificar la actividad de algunas zonas del cerebro propiciando la plena expresión de potencialidades que en estado de vigilia, por mecanismos neurofisiológicos defensivos, no se manifiestan de forma activa.
Se ha descubierto asimismo que el procesamiento cognitivo bajo estado hipnótico se hace más rápido que en estado normal, pues el cerebro sintetiza menos neuronas para tener un resultado igual o superior, lo que convierte a la hipnosis en una técnica de gran efectividad.
Así lo refrenda el quehacer de medio siglo de la clínica santiaguera, donde ciencia y sensibilidad se ponen en función de que el paciente saque de sí lo que no sabe que tiene, donde se les brinda a las personas nuevos conocimientos sobre sus propias capacidades, se descubren nuevos estilos de vida y se enseña a reflexionar.