Estudiantes de las Ciencias Médicas persquisan en el distrito José Martí, de Santiago de Cuba Autor: Facebook Publicado: 22/03/2020 | 01:35 am
A Albertina Echevarría García la noticia no la tomó por sorpresa. Es propietaria del hostal Mi Casa, en el municipio de Viñales, provincia de Pinar del Río, y ha seguido por las noticias el rastro de muerte y angustia del nuevo coronavirus.
En su caso, no había que ir muy lejos para sentir los efectos: la llegada de viajeros disminuía con rapidez, y eso presagiaba que en cualquier momento el Gobierno adoptaría nuevas medidas.
«De que vienen, vienen», se decía; pero cuando escuchó las nuevas regulaciones sintió un alivio muy grande: «Son necesarias. Los turistas están más protegidos en hoteles y, además, esto es para cuidarnos nosotros, a mi familia».
No es la única persona que consideraba que la gravedad del asunto demandaba ajustes inmediatos. Con la Mesa Redonda del pasado viernes aún fresca en los oídos y corazones de la población, JR pulsó opiniones de la ciudadanía que respaldan las medidas adoptadas por el Gobierno ante la expansión del nuevo coronavirus.
En Holguín, Carmen Angulo, directora de seminternado, y Eugenio Cobiellas, capitán retirado de las FAR, coinciden en asombro por la rapidez de contagio de la COVID-19. «Hay que estar muy alertas —dijo él—. Si flaqueamos en la prevención puede complicarse todo de un día para otro».
Pesquisar, aunque sea de noche
Al traspasar la reja en el restaurante Garnish, ubicado en la Carretera Central, entre las calles 3 y 4 de la ciudad de Ciego de Ávila, pomos con agua jabonosa y con dosis adecuadas de hipoclorito de sodio reciben a los visitantes. Desde la puerta de entrada, se ve que las mesas del salón principal ya se llevaron a los dos metros de distancia entre sí.
«Apenas se acabó el programa de televisión llamé para que reubicaran las mesas», manifestó por el móvil Orlando Martínez Ramírez, dueño del restaurante, quien se encontraba camino a la cabecera avileña desde La Habana cuando JR llegó al establecimiento.
«Aquí, para lo que sea. Toda mi gente está clara de lo que se debe hacer —recalcó—. Yo no veo problema en las medidas, al contrario. Con ellas nos estamos cuidando todos y no se está abandonando a nadie. ¿Que a lo mejor no venga la cantidad de clientes de antes? Está bien, ya pasará en algún momento y entonces estaremos ahí para seguir dando un buen servicio».
Ramón Soler Ulloa, quien renta su casa a nacionales en la calle Serafín Sánchez, expresó que toda medida o acción de control que se tome ante la pandemia es poca; criterio que apoya Kenia Cordero, estudiante de Medicina en Holguín: «Lo que se dijo en la Mesa es real: urge examinar a las personas con síntomas respiratorios para despejar cualquier duda. También el uso del nasobuco está más que justificado y hay que insistir una y otra vez en el lavado de las manos».
Para Catiyunia Obregón Pico, enfermera del consultorio 33 del área de salud del policlínico santiaguero Julián Grimau (que atiende 480 familias y una población de más de 1 200 pacientes), las nuevas medidas llegan en el momento oportuno, aunque para el personal de la atención primaria de salud se traduzcan en intensificar las pesquisas entre sus pacientes.
Según esta enfermera, los factores de la comunidad deben unirse aún más para contener una enfermedad tan peligrosa. «Nosotras atendemos un reparto con personas que salen a trabajar en la mañana y las casas están cerradas en el día —explicó—. Es muy importante potenciar el apoyo de las brigadas sanitarias de la FMC y las direcciones de los CDR, para pesquisar si es preciso en el horario nocturno».
La actividad comercial no está paralizada en Holguín ni en el resto del país, Fotos: Nelson Rodríguez
«Únicamente entre todos podemos enfrentar esta amenaza y salir adelante», recalcó Rebeca Puig Montero, con 24 años de experiencia en la enfermería, quien labora en el puesto médico de la residencia estudiantil Antonio Maceo, de la Universidad de Oriente.
Para ella las nuevas medidas y, sobre todo, la realidad que se vive, exigen un alto componente de responsabilidad individual. «Una vez que se concientiza a lo que nos estamos enfrentando, las medidas fluyen —aseguró—. El pueblo cubano tiene cultura de higiene, de solidaridad y de trabajar en equipo en momentos difíciles, y eso es preciso ponerlo en práctica ahora más que nunca».
A mejorar la casa
Varios cuentapropistas agradecieron la disposición del Estado a proteger ese sector emergente con medidas que los exoneran de una serie de compromisos impositivos, ante las afectaciones que sufrirán por el decrecimiento del turismo y otras actividades económicas.
Con la Mesa Redonda se despejaron unas cuantas dudas, y la más importante es que nadie quedará desamparado, señalaron el artesano Luis Jiménez, del bazar Artecom, en Holguín, y Deborah Susana Alfonso Hernández, propietaria de un hostal en Viñales.
Albertina, por su parte, reiteró que lo que sucede conviene: «Voy a aprovechar el tiempo para arreglar mejor mi casa», dijo; a lo que Dayanis López Valle, también rentadora de hostal en Viñales, añadió: «Pues yo voy a tomarme un descanso. Voy a limpiar, recoger, arreglar… ponerme al día con las cosas pendientes del hogar, que se quedan a un lado por el tiempo que exige el trabajo. Y lo más importante que debemos hacer también, que es cuidarnos más».
En restaurantes avileños, procedieron a reducir las capacidades y separar las mesas. Foto: Luis Raúl Vazquez