Luego de un período de recuperación exitoso, Mario desarrolla una vida normal, como cualquier joven cubano. No ha padecido ninguna secuela y, de la compleja operación, solo le queda la marca y eso, confiesa: «no representa ningún complejo para mí». Autor: Radio Angulo Publicado: 31/10/2017 | 11:23 pm
HOLGUÍN.— Mario Cardona Rosales asegura que sí, que al principio fue difícil, sobre todo porque «tuve que hacer mucho reposo y pasé un buen tiempo sin poder realizar ningún tipo de esfuerzo físico. Imagínate, sin subir lomas, correr, hacer ejercicios… todo a lo que estaba acostumbrado, pero al mes pude reincorporarme al aula», asegura a JR este muchacho que hoy cursa el tercer año de Estomatología.
Mario fue el primer paciente operado en el Pediátrico Octavio de la Concepción de un tumor óseo frontal y trasplantado en el mismo tiempo quirúrgico, gracias a la colaboración entre esta institución médica, el hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez, la Clínica de Prótesis de Holguín, la experticia de los neurocirujanos Melba Zaldívar y Pedro Domínguez, y a todo el equipo que los acompañó.
El proceder quirúrgico, conocido en términos científicos como exéresis y plastia con metacrilato, consistió en la extracción de una lesión benigna del hueso frontal derecho y el implante del metacrilato, material transparente similar al plástico que sustituye al hueso y es la mejor solución estética que se puede realizar en el país, según explicó a este diario Melba Zaldívar, especialista en primer grado en Neurocirugía.
Esta técnica primermundista fue posible debido a la certeza del equipo médico de que la histología de la lesión era benigna, luego de haberle realizado al paciente todos los estudios complementarios, entre los que destacaron algunos marcadores tumorales, tomografía axial multicorte y resonancia magnética nuclear de cráneo.
«La prótesis se fija con láminas y tornillos, se recubre con la piel y finaliza con la sutura. Esta permite la protección del cerebro de los rayos solares y de cualquier trauma que pudiera experimentar el paciente en determinado momento», indicó la neurocirujana.
En tanto, Mario Cardona asegura que no ha padecido de ninguna secuela: «Solo me quedó la marca de la operación y eso no representa ningún complejo para mí. Al principio usaba un gorrito, pero ya ni eso», cuenta el muchacho y se ríe, porque la cirugía no le ha afectado en nada y, como él mismo declara, «con las muchachas menos, ¡qué va!».