Don Quijote y Sancho Panza. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:19 pm
Lo hablamos y escribimos todos los días, ya casi como un reflejo incondicionado, y no porque sea el nuestro, pero dígame si usted no coincide en que el español es uno de los idiomas más bellos del mundo, que se multiplica desde todas las latitudes, hoy con 450 millones de hispanohablantes.
Aunque muchos insisten en conservarlo en sus más estrictas y antiguas normas lingüísticas, el paso de los siglos y la revolución científica han impuesto «nuevas reglas», que han incorporado disímiles formas de comunicarlo y expresarlo entre todos los hablantes.
La dinámica de los tiempos modernos ha hecho que se acorten las palabras, que se sustituyan textos por imágenes, y que las personas dialoguen, muchas veces a través de códigos que rompen con todas las reglas de la gramática española. Sin embargo, una idea sí ha permanecido y es que el idioma sigue siendo esencial para la comunicación, las relaciones humanas y las normas de una sociedad.
El español es una lengua muy rica en expresiones, sinónimos y adjetivación, con vocablos que ha incorporado desde los diferentes momentos de la historia. Un ejemplo son las palabras americanas de origen indígena, como chocolate, papa, tomate, mandioca y maíz.
A partir del español han sido posibles la transmisión de ideas, las relaciones intelectuales, la interpretación de bibliografías, los mensajes de los medios de comunicación orales y escritos, así como la conversación e intercambio cotidiano entre individuos, cargados de acervo costumbrista.
Si bien han desaparecido idiomas centenarios como el latín, el español se sigue multiplicando en cada nuevo ser humano que lo acoge como lengua natal, o lo aprende en su crecimiento cultural.
Por eso, en honor a este lengua, la segunda más importante y la tercera más hablada en el orbe, se celebra cada 23 de abril el Día del Idioma Español, como resultado de una coincidencia histórica, que marcó el final de las vidas de dos grandes escritores: Miguel de Cervantes y William Shakespeare, este último en el calendario juliano.