Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

C.E.: Cuando empiezo una relación me gusta la aventura, la creatividad, la complicidad sin límites. Pienso que no hace falta un compromiso para eso. Las relaciones se pueden ir construyendo poco a poco, pero no logro que los hombres, que tanto disfrutan, se queden conmigo. Me da la impresión de que me ven como una mujer con la cual no deben comprometerse. ¿Qué debo hacer para que me quieran de modo estable?

Desconocemos qué puede estar sucediendo. Es posible que puedas comprender mejor cómo contribuyes a esta situación al conversarlo con un profesional. Quizá puedas comenzar a preguntarte cuánto quieres esa relación estable, qué lugar le otorgas a conversar de ese tema con tu pareja, a intimar y compartir tus sueños, tus historias, tu vulnerabilidad.

Valdría preguntarse si estás dispuesta a perder un poco de la satisfacción de esa aventura erótica para avanzar hacia una estabilidad que puede entrar en ciclos más o menos rutinarios en los que, después de un tiempo de intimidad sicológica y cotidianidad compartida, se sigue disfrutando la relación, aunque no siempre prime la aventura creativa.

En la época actual, a muchos les resulta más fácil desnudar la piel que el alma, e intentan una sexualidad divertida y abierta que nos puede hacer parecer sagaces y poderosos. El amor, por el contrario, nos lleva a aceptar que esa otra persona nos hace falta, que somos vulnerables y estamos dispuestos a compartir lo incómodo tanto como lo divertido.

El deleite sensual es una parte importante de los vínculos, pero no es suficiente para amar. El amor se cultiva de muchos modos y nace justamente donde podemos compartir sueños, debilidades y las fantasías más singulares.