Para quienes la casa parece demasiado pequeña y el tiempo extremadamente largo, sería recomendable tomar una pausa hasta encontrar nuevas rutinas
F.G.: Mi esposo siempre ha sido muy activo, callejero y en estos días parece una fiera enjaulada, no lo veo hacer nada productivo. Yo tampoco estoy bien. Cada vez que escucho las noticias de enfermos y muertos me entra una opresión en el pecho que no sé cómo actuar. Todo eso afecta nuestra vida sexual.
Sicológicamente también debemos protegernos. Decidir la manera de informarnos que nos resulte soportable es un primer intento. Definir el tiempo particular que dedicamos a las diferentes pantallas y medios de comunicación también es importante.
Para quienes la casa parece demasiado pequeña y el tiempo extremadamente largo, sería recomendable tomar una pausa hasta encontrar nuevas rutinas que hagan volar la imaginación y acorten el tiempo de la espera.
Es importante también afrontar otras situaciones asociadas a las nuevas circunstancias como pueden ser la soledad, reclamos excesivos, la carencia de privacidad, exceso de trabajo doméstico, por citar ejemplos. Llamar por teléfono, inventar un modo de acompañarnos por la música, la radio, las series; poner orden y limitar excesos; propiciarnos pequeños espacios o momentos de silencio y privacidad, son algunas estrategias útiles.
Estar atentos a las señales de malestar emocional en las nuevas circunstancias es también necesario. Determinar qué cambió, qué molesta, e intentar nuevas maneras de protegernos de aquello que no es el virus, sino sus «daños colaterales» . Ese mantenernos en casa por más tiempo del habitual implica otros cambios en nuestras rutinas, la convivencia familiar, el orden interno y el de quienes nos acompañan. Es preciso estar atentos a estos detalles para encontrar cada uno, a su manera, la mejor solución.
En estos momentos hay ofertas por internet de grupos de WhatsApp de sicólogos cubanos que de forma gratuita pueden atender sus inquietudes cuando a solas no pueda solucionarlas.
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