Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

M.G.: Mi esposo está presentando una disfunción eréctil. Ha padecido toda su vida de la columna y quedó disponible en su trabajo. Además, estuvimos separados por diez años. Él tuvo varias relaciones, nada serio. Yo tuve que regresar a mi casa, que es la de él y mis hijos, pues nunca la dividimos. Él dice que volvió por mí, pero nuestras relaciones sexuales no han sido satisfactorias. Hemos conversado y no quiere buscar ayuda. Lo noto preocupado y pensativo. No sé qué hacer. En su juventud siempre fue un hombre sexualmente activo y esto me preocupa. Soy una mujer de 53 años.

No puede obligarlo a atenderse. Solo puede definir qué hará usted en caso de que esta situación perdure. Tal vez sea usted quien deba beneficiarse con la consulta sicológica.

El peor problema no es la pérdida de erección porque existen tratamientos que pueden ayudar. El inconveniente es que él no se interesa en revertir una situación que puede ser más compleja de lo que parece. Un sicólogo, un urólogo y otros especialistas pueden ayudar, pero es imprescindible que él quiera atenderse. El médico de familia debe ser el primero en consultarse, porque con su evaluación inicial determina las posibles causas del problema e indica el mejor especialista para su caso.

Si retomaron una relación que estuvo deshecha todo un decenio y la intimidad ha sido desagradable, tal vez haya algo más que no esté funcionando entre ustedes, aunque ahora no lo perciba. Se precisa atender muchos detalles hasta reacomodarse. La relación en sí misma pudiera ser otro detonante de esta situación disfuncional.

Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica