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¡Quítame este estrés de encima!

Vivir en un continuo sobresalto trae más costos que beneficios en materia de salud física y mental. La primera pista para distinguir el estrés innecesario es su duración. Para no acumular estrés es preciso liberar presión haciendo las cosas que de verdad te gustan. El orgasmo es una herramienta ideal para regular emociones

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

En las noches sin luna

la soledad alumbra.

Nelson Simón,

escritor cubano contemporáneo

Entre las muchas enfermedades modernas, y casi siempre como detonante de estas, suele contarse al estrés emocional. Este es un mecanismo bioquímico natural que permite adaptarse a las circunstancias inesperadas o adversas, pero vivir en un continuo sobresalto trae más costos que beneficios en materia de salud física y mental.

La primera pista para distinguir el estrés innecesario es su duración. Una descarga de endorfinas se produce en pocos segundos y debe cesar en cuanto el cerebro percibe que no se demanda más acción a tu favor. Si el tuyo está siempre activado apela al sentido común: no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, decían nuestras abuelas.

Otra señal clara es el tipo de emociones que predominan: ¿tristeza o depresión?, ¿dolor o sufrimiento?, ¿miedo o ansiedad?, ¿alegría o euforia? Las primeras son respuestas biológicas primarias a sucesos puntuales, cumplen una función adaptativa y terminan de manera espontánea. Las segundas son expresiones de la mente que se dilatan por razones culturales y pueden hacernos mucho daño, explica el psicólogo costarricense Walter Rizo en De regreso a casa.

Esas emociones secundarias requieren un alto gasto energético para mantenerse contra la natural necesidad de pasar página y seguir con tu vida. Si te dominan y no logras evitar hacer blanco de tus penas a otras personas, cabe sospechar que vives en un estrés prolongado o cíclico, lo cual a la larga empañará tu imagen y enrarecerá tus relaciones personales sin que entiendas la causa.

Peor aún es estar consciente de esas emociones nocivas y no dejarlas fluir; aferrarse a ellas por miedo a perder el control de la situación o por pensar que te hacen más creíble como ser humano, porque es eso lo que los demás esperan de ti y no quieres parecer insensible.

Para no acumular estrés es preciso reservar tiempo y liberar presión haciendo las cosas que de verdad te gustan. Puede ser reunirte con amistades (si se comprometen a no hablar de problemas en la casa o el trabajo), oír música, ejercitar el cuerpo, caminar por sitios naturales o tener una jornada erótica especial. El caso es que te relajes y recuperes el equilibrio físico y emocional.

«Tirar el cable a tierra»

El orgasmo es una herramienta ideal para regular emociones. En los segundos que dura esa «pequeña muerte», la descarga de dopamina y otras hormonas desestresantes es tan poderosa que puede opacar cualquier dolor físico y moral. Si como resultado «pescas» un buen sueño, completarías la terapia más natural y antigua que conoce nuestra especie.

Si no tienes pareja estable tal vez acudas a una amistad que disfrute del juego sin confundir los términos de ese tipo de encuentros, al que jocosamente llaman hoy «actualizar el antivirus», pero aunque sea una meta terapéutica y no un acto de amor es preciso presentar la idea con elegancia, sin lastimar la autoestima o los sentimientos de ese otro ser.

Tampoco en casa debes plantearlo como una obligación que violente el estado de ánimo o las prioridades de tu pareja. Tener sexo a regañadientes o «porque toca» se convierte en una fuente agregada de estrés, ya que el ritmo lo marca la frustración y no la ternura, como debiera ser.

De hecho, expresar voluntariamente la aceptación de intimar con alguien en un momento dado no significa que esa persona automáticamente puede decidir sobre tu cuerpo para hacer un uso posterior de él a su capricho, por muy estresado que se sienta. Un acuerdo de intercambio sexual no es un permiso perenne de apropiación, y si alguien empieza o acepta una caricia relajante tiene derecho a interrumpirla para volver a sus faenas sin que la pareja deba sentirse humillada por eso o le genere una disfunción sexual.

Lograr el desahogo bioquímico simultáneo puede ser muy complejo cuando no se tienen las mismas necesidades o ritmos de vida. Tanto en la conquista como en la cotidianidad de una relación, lograr el ambiente propicio implica avanzar con tacto y dejar claras las intenciones de llegar en cada momento solo hasta donde ambos se sientan bien. Ya se correrán esos límites paulatinamente, por mera curiosidad o para vencer al estrés en su propio campo: el de la intensa actividad hormonal.

Llegamos a quince

Sexo Sentido surgió como página temática semanal el 13 de mayo de 2000, aunque ya antes se habían publicado artículos aislados sobre el tema. La fundadora fue Aracelys Bedevia, entonces periodista de la Redacción nacional de nuestro diario y hoy reportera de la página cultural, máster en Sexualidad y Doctora en Ciencias de la Comunicación.

El primer trabajo lo escribió Flor de Paz y se llamó ¿Discriminación masculina? Los siguientes sábados (20 y 27 de mayo) Aracelys publicó La sexualidad no cae del cielo y Sexo contra natura. Entonces comenzó a recibir numerosos mensajes de elogio y preocupación porque el diario sacaba a la luz tan polémicos «temas de alcoba»… Así empezamos.

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