El modelo chino R1 de inteligencia artificial es, en efecto, muy potente. Ello ha desatado una ola de acusaciones, alianzas y hasta prohibiciones en apenas unos días de vida en el mercado
Apenas habían transcurrido unas horas desde que comentamos en esta sección sobre la nueva y sorprendente inteligencia artificial hecha en China, DeepSeek, cuando el revuelo alrededor de esta se intensificó.
Lo primero es que en su página principal se mantiene un mensaje explicando a los usuarios que están bajo ataque malicioso, lo cual podría dificultar el proceso de registro, una clara señal de cuánto arde en los sectores tecnológicos más influyentes la salida de este producto desde el gigante asiático.
Entretanto, otras noticias y detalles se han ido revelando y muestran, por un lado, la robustez de este modelo; por otro, el pánico en los principales sistemas de inteligencia artificial; y finalmente los sesgos políticos y las batallas legales que se avizoran en un futuro no muy lejano.
Es casi como un mantra el hecho de que los chinos «copian» todo. Lo hemos visto, por ejemplo, en Xiaomi, el famoso fabricante de teléfonos celulares que se parecen mucho al iPhone de Apple, en cuanto al flow de su sistema operativo, ahora llamado HyperOS. La cuestión está en que los asiáticos añaden un toque propio y refinan sus productos a una velocidad tal que el Xiaomi 15 Ultra, por ejemplo, es un teléfono que hoy está a la altura del mejor de sus pares entre Samsung y Apple, por solo mencionar a dos de los principales fabricantes de teléfonos en este planeta.
Digo esto porque OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, en colaboración con Microsoft, lanzó una investigación para determinar si DeepSeek utilizó su modelo de IA de manera no autorizada para entrenar su propio chatbot, según reportó el Financial Times.
El modelo más avanzando de DeepSeek, R1, ha sorprendido a los mercados financieros al mostrar resultados comparables a los de otras inteligencias artificiales que han requerido inversiones mucho mayores en recursos económicos y computacionales. Este avance generó un debate sobre la necesidad de grandes inversiones en hardware para desarrollar modelos avanzados de IA, cuestionando la viabilidad de proyectos como Stargate, un ambicioso plan que pretende invertir 500 000 millones de dólares para garantizar el liderazgo de Estados Unidos en IA.
Anunciado por Donald Trump y respaldado por gigantes tecnológicos como SoftBank, OpenAI, Oracle y MGX, el proyecto Stargate pretende establecer una red de centros de datos masivos en EE. UU. con el objetivo de impulsar el desarrollo y despliegue de modelos de IA avanzados. Sin embargo, tal despliegue a lo mejor no sería necesario, visto lo visto con DeepSeek.
Entretanto, OpenAI apuntó que DeepSeek podría haber empleado una técnica conocida como «destilación», con la cual un modelo de IA aprende al extraer información de otro mediante consultas repetitivas. Esta práctica, según OpenAI, podría violar sus términos de servicio y tener implicaciones legales. Lo irónico es que OpenAI ha entrenado a ChatGPT con buena parte de los datos que hoy están en internet, todo gratuito, y por ello ha enfrentado y enfrenta no pocas demandas legales.
Detrás de todo esto está el dinero en juego. El impacto de DeepSeek se ha reflejado en el mercado de valores, con Nvidia experimentando la mayor caída en un solo día en la historia de la bolsa. La empresa perdió 600 000 millones de dólares desde la aparición de DeepSeek, lo que ha sacudido los cimientos de la compañía más valorada del mundo. La posibilidad de que una IA desarrollada con equipos menos potentes y de código abierto pueda competir con las que utilizan sus chips amenaza su modelo de negocio.
Así, el Financial Times explicó que Microsoft y OpenAI han estado vigilando a usuarios que han exportado grandes volúmenes de datos de los productos de esta última. Aunque aún no se han presentado pruebas concluyentes, Sam Altman, el director ejecutivo de OpenAI, confirmó la existencia de indicios que respaldan la sospecha de destilación. La comunidad tecnológica espera con expectación los posibles movimientos legales que OpenAI podría emprender contra DeepSeek.
A pesar de ello, DeepSeek se posicionó como la aplicación más descargada en la App Store de EE. UU., en parte debido a su disponibilidad en dispositivos móviles. Sin embargo, la falta de claridad sobre quién está detrás del proyecto y las preocupaciones sobre la recopilación de datos han llevado a muchos usuarios a optar por instalar y ejecutar DeepSeek localmente para proteger su privacidad. En otros lados la cuestión ha sido más drástica: Italia prohibió la aplicación alegando razones de seguridad por estar detrás el «Gobierno chino», así, sin una prueba, solo con ese «argumento».
Con la creciente tensión entre EE. UU. y China en el ámbito de la inteligencia artificial, y las políticas de America first como telón de fondo que impone el presidente Donald Trump, es probable que surjan nuevas regulaciones para controlar el acceso y uso de estos modelos. A nivel geopolítico, el desarrollo de estos acontecimientos será crucial para el futuro de la tecnología global.
Mientras Microsoft se une a OpenAI para investigar a DeepSeek, tampoco se quiere perder la nueva oportunidad que representa esta potentísima IA, por lo que ha decidido añadir compatibilidad con DeepSeek R1 en los PC Copilot+ con Snapdragon X Elite. La compañía asegura que la IA china consume 11 veces menos recursos que las occidentales.
Los PC Copilot+ aparecieron hace unos meses como una nueva generación de portátiles equipados con potentes chips Arm de Qualcomm y NPU con un mejor rendimiento en IA. El NPU es el procesador destinado a manejar la IA de forma local en los ordenadores, una tecnología de nuevo tipo.
Microsoft anunció que DeepSeek R1 primero llegará a estos portátiles con Snapdragon X y después será compatible con los Intel Core Ultra 200V Lunar Lake y otros chips.
Las optimizaciones realizadas por DeepSeek permiten que requiera 11 veces menos potencia y esto permite que pueda usarse de forma local en un portátil o un PC de consumo. Microsoft asegura que con esta IA los PC Copilot+ podrán usarla con un impacto mínimo en la batería, a la vez que rinde como la competencia debido a que usarán las NPU con las que están equipados. También estará disponible Windows Copilot Runtime para que los desarrolladores puedan usar las API de DeepSeek en sus creaciones.
Cuando Estados Unidos prohibió a los principales fabricantes de chips del mundo, como Nvidia, vender tecnología avanzada a China, fue sin duda un duro golpe. Y es que esos chips son esenciales para crear potentes modelos de inteligencia artificial.
El fundador de DeepSeek, Liang Wenfeng, dijo en entrevistas con medios locales que la prohibición de los chips fue su principal reto. Sin embargo, mucho antes de la prohibición, DeepSeek adquirió una importante reserva de chips Nvidia A100, según estimaciones entre 10 000 y 50 000, informó el MIT Technology Review.
Se calcula que los principales modelos occidentales de IA utilizan unos 16 000 chips especializados. Pero DeepSeek afirma que entrenó su modelo de IA con 2 000 chips de este tipo y miles de chips de menor calidad, lo que hace que su producto sea menos costoso.
Algunos, entre ellos el magnate Elon Musk, han cuestionado ese logro, argumentando que la empresa no puede revelar cuántos chips avanzados utilizó realmente dadas las restricciones.
Sin embargo, muchos expertos afirman que la prohibición de Washington supuso tanto retos como oportunidades para la industria china de la IA. Los obligó a innovar para poder hacer más con menos. Y DeepSeek es un resultado palpable.
También hay otro detalle que muchos pasaron por alto: el nuevo modelo de esta IA salió al mundo el 20 de enero, justo cuando Donald Trump juró su cargo como presidente de Estados Unidos. Es un mensaje claro al nuevo mandatario: los controles a la exportación no funcionan y Estados Unidos no es el líder mundial en inteligencia artificial. Y aunque ChatGPT se haya apresurado en añadir ahora un nuevo botón de «razonamiento» a su interfaz, hay una ballenita azul que le tomó la delantera cuando menos se lo esperaba.