Discalculia es el nombre asignado por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales para identificar la condición que afecta la habilidad de adquirir destrezas matemáticas.
Descrita a menudo como la prima matemática de la dislexia, explica porqué algunos estudiantes pueden experimentar dificultades para entender conceptos numéricos, falta de comprensión intuitiva de los números y tener problemas para aprender hechos y procedimientos que involucren números, asegura el texto.
«En algunos niños discalcúlicos la memoria de procedimiento puede no funcionar bien, por eso las habilidades matemáticas no se automatizan», explicó Tanya M. Evans, líder de un estudio realizado por el Centro Médico de la Universidad de Georgetown y la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.
Mientras varios estudios han mostrado que esta discapacidad tiene un alto componente hereditario, otros han indicado que el problema se relaciona con el desarrollo del cerebro, ya sea en el vientre o en los primeros años de vida.
Independientemente de su origen, los expertos opinan que si se aborda en el momento indicado y de la manera adecuada, quienes la padecen pueden obtener resultados similares a los logrados con la enseñanza especializada para disléxicos.
Entretanto, varias publicaciones citadas por BBC Mundo recogen señales de alerta para detectarla desde que los niños están en edad prescolar hasta que se gradúan del colegio. Hacer sumas con la ayuda de los dedos a una edad mayor de lo normal y tener dificultades para hacer estimaciones aproximadas son dos de ellas.
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