Según un estudio de investigadores de la universidad de Colorado, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el aire de la capa límite que alimenta las nubes más bajas sobre el Océano Antártico, conforma la pequeña región atmosférica más limpia del planeta, la cual está libre de partículas producidas por la actividad humana, como la combustión de combustibles fósiles, la siembra de algunos cultivos, así como la eliminación de fertilizantes y aguas residuales.