Cuando un medio periodístico se deja llevar por la emoción de sus deseos y comienza a publicar solo noticias que le sean afines a sus objetivos ideológicos, más temprano que tarde pierde totalmente su credibilidad. El periodismo directamente relacionado con un objetivo político, deja por el camino su imparcialidad y se convierte de lleno en un medio de propaganda a favor de la causa que defiende. Hay dos periódicos, uno a cada lado del Atlántico, que hace muchos años no son más que dos organizaciones de propaganda en contra de los movimientos populares de América Latina, en especial en contra de los procesos revolucionarios que se han llevado a cabo tanto en Cuba como en Venezuela. El Nuevo Herald, de Miami, y El País, de España, llevan una continua campaña de difamación contra ambos países.
No es casualidad que El País es repartido en la ciudad de Miami junto al Nuevo Herald sin costo alguno para los clientes del periódico local. Basta con suscribirse al Herald para recibir gratis, todas las mañanas, la edición impresa del periódico español. Es como aquello de que «Dios los cría y el diablo los junta». En ambos medios, diariamente se publican artículos llenos de veneno contra los dos países. Para estas publicaciones, nada bueno sucede en Caracas o en La Habana. Es casi una obsesión negativa lo que tienen contra ambos procesos revolucionarios. De igual forma, pero en menor medida, la tienen en contra de Nicaragua, Bolivia y Ecuador. Es la ultraderecha en acción contra cualquier régimen progresista de la región.
Cuando Fidel enfermó, inmediatamente empezaron a ser publicados artículos en los que hablaban de su muerte. No se sabe el número de especialistas de todo tipo que buscaron, los que daban sus partes médicos en la distancia y con un total desconocimiento de su estado de salud. Le diagnosticaban diferentes padecimientos y hacían sus predicciones basadas en elucubraciones salidas de sus calenturientas mentes.
Lo mismo ha pasado con el Presidente de Venezuela. Desde que Hugo Chávez declaró que padecía de cáncer y que sería tratado médicamente por ello, la propaganda de la derecha no se ha cansado de pronosticarle la muerte. De una manera morbosa, le han vaticinado solo días de vida y han buscado a una serie de expertos para dar partes médicos basados en la mentira y la difamación. Tres meses antes de las elecciones presidenciales del 7 de octubre, esta prensa amarilla comenzó una campaña propagandística para asegurar que el candidato no llegaba vivo al día de los comicios. Chávez, no solamente hizo una vigorosa campaña electoral, sino que le ganó contundentemente en las urnas a los que lo estaban declarando casi agónico y con un pie en la tumba.
Ahora, no importando que los partes del Gobierno venezolano sobre la salud del Presidente sigan informando que poco a poco y paulatinamente ha estado evolucionando de una forma favorable, estos medios siguen tratando de crear una cortina de desinformación sobre el verdadero estado de salud de Hugo Chávez. Están tan desesperados por desinformar sobre la realidad del paciente, que en más de una ocasión han publicado que está entubado y hasta que sufre de muerte cerebral.
En medio de esa desesperación es que el diario El País se lanzó a publicar, hace unos días, una foto en la que aparecía una persona entubada, afirmando que era el Presidente el que aparecía en la misma. Fue algo grotesco, que le ha merecido al periódico un total desprecio internacional y una pérdida total de la poca credibilidad de que gozaba hasta el momento. Ellos mismos se dieron un tiro en el pie y no basta que ahora publiquen una y otra nota lamentándose de haber publicado tan infame mentira. El País de España, que en un momento determinado de su historia fue catalogado como uno de los mejores periódicos del mundo, ha sido llevado, por los propagandistas que hoy en día lo publican, a arrastrarse por el fango en su desesperación, por destilar odio en contra de cualquiera que tenga una idea progresista a favor de los más desposeídos.
Sus malsanos deseos se han revertido contra ellos, por eso, ambos periódicos están medio quebrados y bien desprestigiados. La publicación que actúa de la forma en que ellos han actuado está condenada al total fracaso y por esa vía caminan ambos. Ya se están viendo hervir a fuego lento en sus propias mentiras. Que en paz descansen ambas publicaciones.
*Periodista cubano radicado en Miami