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Otra derrota israelí en ruta de victorias palestinas

Las expresiones de condena y exigencias de una investigación profunda del más reciente acto genocida de Israel, marcadas por el rechazo y la indignación, se extienden por todo el planeta

Autor:

Leonel Nodal

Tal vez este día del año —28 de mayo— termine por consagrarse como una marca decisiva en la batalla del pueblo palestino por su libertad. Sin dudas, este año está señalando una seria derrota del régimen colonial del apartheid sionista establecido en 1948 en Palestina bajo el nombre de Israel. Así lo admiten notables voceros de esa entidad ocupante y expansionista implantada al amparo de los gobiernos imperiales de Gran Bretaña y Estado Unidos.

Aunque parezca increíble este es el título del principal artículo de opinión editorial publicado este martes por el diario Jerusalén Post: «Un Estado palestino viable es esencial, no sólo como respuesta a la aspiración palestina de autodeterminación sino como la única opción posible para estabilizar la región.»

La lapidaria conclusión no es un pronunciamiento aislado, fuera de contexto. Este 28 de mayo la opinión pública mundial y numerosos gobiernos siguen horrorizados ante las imágenes del incendio provocado por el bombardeo nocturno israelí, en la madrugada del lunes, al campamento de Al Sultán —decenas de niños y mujeres carbonizados, numerosos civiles heridos, deambulando en espera de ayuda, mientras sobrevivientes al ataque con misiles, buscan entre las cenizas tratando de identificar a sus familiares en un arenal de las afueras de la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, fronterizo con Egipto, donde un millón y medio había buscado refugio seguro en las últimas semanas.

Las expresiones de condena y exigencias de una investigación profunda del acto genocida, marcadas por el rechazo y la indignación se extienden por todo el planeta.

Encogiéndose de hombros, tal como hizo cuando la aviación israelí atacó tres vehículos de ayuda humanitaria de la Cocina Central, el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu intentó justificar la masacre como un «error trágico». Algo pasó, él no sabe… y agregó que Israel está «investigando el caso, esa es nuestra política».

A su vez, un portavoz de la Casa Blanca, en concordancia con la misma línea exculpatoria de su «inocente» protegido, apenas dijo que «Israel debe tomar todas las precauciones posibles para proteger a los civiles. Estamos involucrando activamente a las FDI (el ejército israelí) y a nuestros socios en el terreno para evaluar lo sucedido».

En el resto del mundo la reacción alcanzó nuevos límites de hartazgo y rechazo a la fría e incesante criminalidad de Israel, en su desprecio total por las vidas de la población civil. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que estaba «indignado» y pidió un alto el fuego inmediato en Gaza. El titular de Defensa de Italia, Guido Crosetto, dijo que «el pueblo palestino está siendo exprimido sin tener en cuenta los derechos de hombres, mujeres y niños inocentes que no tienen nada que ver con Hamás y esto ya no puede justificarse».

Otro titular del día de Jerusalem Post señala: «Los organismos internacionales condenan el ataque aéreo en Rafah».

Un título que refleja el estado de ánimo y la convicción de una buena parte de los analistas dentro del propio Israel, el propio diario le echa en cara a Netayanhu y su corte una verdad amarga, pero irrefutable, por la que buena parte de la población dentro del llamado Estado hebreo le está pidiendo cuentas: «Hamás ya ganó el 7 de octubre cuando avergonzó al ejército israelí al invadir bases, matar a israelíes y tomar rehenes».

Y en otro comentario editorial resalta: «Es irónico, pero Netanyahu, Smotrich y Ben-Gvir (los dos líderes de ultraderecha que le aseguran mayoría parlamentaria) serán los fundadores de Palestina. Una conclusión reafirmada en otro comentario donde asegura que «la forma de gobierno de Netanyahu conduce al reconocimiento unilateral del Estado palestino».

La atmósfera de derrota en el plano interno y el aislamiento internacional arrinconan a Netanyahu, incapaz de cumplir su promesa de derrotar a Hamás en pocas semanas, liberar a los prisioneros israelíes y restablecer el control en Gaza. Al cabo de 235 días de una operación militar devastadora su fracaso es evidente. En un comentario lapidario, el analista del diario Haaretz, Chaim Levinson, destacó que «En un país bien ordenado, quienquiera que sea responsable de un fracaso como el 7 de octubre, dice por su cuenta muchas gracias y se marcha».

El reconocimiento del Estado palestino por parte de España, Irlanda y Noruega —que había sido anunciado hace una semana—, se hizo oficial este martes 28 de mayo. Estos tres países no son los únicos que están interesados en apoyar la existencia de un Estado palestino. Más de 140 de los 193 miembros de las Naciones Unidas piensan de manera similar, entre ellos la mayor parte del Sur global, Rusia, China e India. ¿Qué implica que más de 140 países, entre ellos 13 integrantes de la Unión Europea y varios de sus aliados en la OTAN, reconozcan la existencia de un Estado palestino?

Lo que buscan estas naciones, argumentan, es acelerar los esfuerzos para garantizar un alto el fuego en la escalada del conflicto que libra Israel contra Hamás y otros grupos de la Resistencia Palestina, que han convertido a Gaza en una jungla de escombros, un territorio ingobernable.

El Ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, dijo que pedirá a los otros 26 estados miembros de la Unión Europea que expresen el respaldo oficial de la Corte Internacional de Justicia y tomen medidas para garantizar que Israel respete sus decisiones.

Ante el evidente estancamiento y la atmósfera internacional cada vez más adversa, una pregunta flota en la enrarecida atmósfera de Gaza: ¿Cómo terminará esto? la Resistencia sigue luchando después de casi ocho brutales meses de guerra con Israel, reagrupándose en algunas de las zonas donde el ejército la declaró liquidada.

En otras palabras ha caído en el pantano de una guerra de desgaste en territorio enemigo, día y noche, sin derecho a descanso o a confiar. Las divisiones entre los jerarcas sionistas se acentúan por día y se percibe un ambiente de confrontación que algunos llegan a visualizar como una guerra civil en Israel.

Este 28 de mayo se cumplen 60 años de la creación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), la que bajo la conducción de Yasser Arafat, a partir de 1969 se convirtió en el principal factor de cambio en Oriente Medio y fue reconocida por Naciones Unidas como «único representante legítimo del pueblo palestino», levantando las banderas de la lucha por el legítimo derecho al retorno y la creación de un Estado propio soberano e independiente. Tal vez del martirio de más de 36 000 palestinos sepultados bajo los escombros de Gaza sea el cimiento inamovible del sueño pendiente.

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