Escuelas en Florida. Autor: AP Publicado: 10/01/2024 | 09:39 pm
No es una broma de mal gusto, es una exaltación de la ignorancia, un claro ejemplo del avance de las posiciones fascistas en la sociedad estadounidense, en especial en la Florida de Ron De Santis, el gobernador republicano que aspira a convertirse en postulante de ese partido a las elecciones presidenciales de este 2024. Un insulto a la conciencia y al saber que garantizan la libertad humana.
El prestigioso y más confiable registro de palabras de la lengua inglesa, el Diccionario y Tesauro de Webster y el maravilloso libro El diario de Ana Frank se encuentran entre las obras que el distrito escolar del condado de Escambia ha retirado de los estantes de la biblioteca.
No los han llevado a la hoguera, como hizo la Inquisición o el nazismo, pero los han encerrado nuevamente en el closet o, quizá reciclarán sus hojas para imprimir los discursos del Gobernador. Es el acoso de la derecha y sus ultrajes a la cultura.
En este silencio de los corderos, el distrito escolar ha dado cumplimiento a la ley que De Santis certificó en julio del año recién concluido, la H.B. 1069, un engendro que «da a los residentes el derecho de exigir la eliminación de cualquier libro de la biblioteca que “represente o describa conducta sexual”, tal como se define en la ley de Florida, ya sea que el libro sea pornográfico o no».
Para no hacerle muy cargosa la descripción de la aberración, más de 2 800 volumenes han sido censurados ahora en la Florida, un extravío que no es exclusivo del estado sureño, pues semejantes decisiones ocurren cada año en muchos de los estados y distritos escolares de EE. UU.
Sin embargo, Florida marcha al frente de ese ejército retrógrado e inculto, pues en el curso escolar precedente (2022-2023) se documentaron 1 972 casos
de lecturas prohibidas en 37 de sus 70 distritos escolares, y aunque hay una demanda judicial de organizaciones, maestros, padres y estudiantes contra la violación expresa de la libertad de expresión, son pocas las esperanzas de que se revierta la decisión. Como señalaba un artículo en Common Dreams, la fiscal general de ese estado, Ashley Moody, dijo a las claras que la junta escolar podría prohibir libros por cualquier motivo porque el propósito de las bibliotecas de las escuelas públicas es «transmitir el mensaje del Gobierno», y puede lograrse mediante «la eliminación de discursos que el Gobierno desaprueba».
En otro de los condados floridanos, Orange, están en la lista de los libros excluidos joyas de la literatura universal y también estadounidense, como Madame Bovary de Gustave Flaubert, el poema épico El paraíso perdido de John Milton, Una habitación con vistas de E.M. Forster, El color púrpura de Alice Walker, Catch-22 de Joseph Heller y Un mundo feliz de Aldous Huxley. También Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, Un tranvía llamado Deseo, de Tennessee Williams, Crimen y castigo, de Fiódor Dostoievski, y A sangre fría, de Truman Capote, aunque en estos casos pueden leerlas los alumnos de 10mo. a 12mo. grados. Supongo que deben estar incluidos en el libro de texto de lengua y literatura del programa oficial estatal.
No se asombre, leí en algún comentario que hasta la Biblia ha sido puesta en la picota de los obcecados porque tiene pasajes que describen actividad sexual explícita, violación, incesto y aborto.
No hay mucho que decir. Les corresponde a los ciudadanos estadounidenses detener esta embestida, antecedente similar a la que bajo el nazismo vivió Ana Frank y describió en su diario. En la última página de su relato también dejó la advertencia y su confianza en la lucha. Merece la pena reproducirla cuando lo estamos viendo nuevamente en la Gaza asediada por el Israel sionista y su contubernio con Estados Unidos y el llamado Occidente civilizado.
«Ahí está lo difícil de estos tiempos: la terrible realidad ataca y aniquila totalmente los ideales, los sueños y las esperanzas en cuanto se presentan. Es un milagro que todavía no haya renunciado a todas mis esperanzas, porque parecen absurdas e irrealizables. Sin embargo, sigo aferrándome a ellas, pese a todo, porque sigo creyendo en la bondad interna de los hombres.
«Me es absolutamente imposible construir cualquier cosa sobre la base de la muerte, la desgracia y la confusión. Veo cómo todo el mundo se va convirtiendo poco a poco en un desierto, oigo cada vez más fuerte el trueno que se avecina y que nos matará, comparto el dolor de millones de personas, y sin embargo, cuando me pongo a mirar el cielo, pienso que todo cambiará para bien, que esta crueldad también acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial. Mientras tanto tendré que mantener bien altos mis ideales, tal vez en los tiempos venideros aún se puedan llevar a la práctica…».