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Retórica de un trato comercial Washington-Beijing

Washington y Beijing llegaron a la mesa de negociaciones, pero más allá de las palabras grandilocuentes de Trump no se acordó nada en papel

Autor:

Marylín Luis Grillo

Por supuesto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, clasificó como «de lejos, el mejor y mayor acuerdo jamás realizado» a la Fase 1 del nuevo trato comercial con China, que cambió las noticias económicas de al menos este martes.

Con las oscuras predicciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que anuncia para 2019 un crecimiento más lento en casi un 90 por ciento del mundo, por lo que la economía global está en una desaceleración sincronizada, Washington y Beijing llegaron a la mesa de negociaciones, pero más allá de las palabras grandilocuentes de Trump —alerta Reuters— no se acordó nada en papel y los aranceles impuestos a los productos chinos siguen vigentes.

Si bien es cierto, y así ha trascendido en conferencia de prensa desde la Casa Blanca, que EE. UU. pospuso indefinidamente la nueva ronda de multas a la importación, que previamente estaba en el calendario para este 15 de octubre, y China aceptó comprar hasta 50 000 millones de dólares en productos agrícolas estadounidenses.

Desde que comenzó la guerra comercial, Estados Unidos ha acumulado aranceles activos sobre aproximadamente 375 000 millones de dólares de importaciones chinas a un total anual de casi  550 000 millones. En tanto, la nación asiática ha contestado con los aranceles sobre productos estadounidenses por un valor de más de 110 000 millones, la mayor parte del total que importa, excepto los aviones comerciales.

Lo que ha quedado claro es que nadie se beneficia del conflicto y en varias ocasiones Trump ha debido dar marcha atrás a una escalada de tensiones económicas que él mismo inició y que ha llevado a los agricultores estadounidenses a destruir las cosechas, luego de que los compradores chinos desaparecieran a causa de las multas, y que la economía global espera pérdidas en 2020 equivalentes aproximadamente a todo el PIB suizo (597 314 millones de euros, según Datosmacro.com). 

Los expertos en comercio y los analistas del mercado concuerdan en que hay muchas posibilidades de no llegar a un acuerdo sobre los detalles para la reunión de mediados de noviembre entre Trump y el presidente chino Xi Jinping.

La actual tregua, como ya sucedió en el mes de diciembre pasado y en mayo último, «simplemente patea la lata en el camino, lo cual es lo suficientemente bueno para ambas partes por ahora», tuvo que admitir Scott Kennedy, experto en comercio de China en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, entrevistado por la agencia inglesa. Eventualmente, dijo, la administración Trump puede quedarse sin camino, y China no se habría visto limitada.

Queda esperar en noviembre la próxima ronda de negociaciones, aunque el secretario del Tesoro de EE. UU., Steven Mnuchin, ya marcó en el calendario los nuevos aranceles a importaciones chinas para el 15 de diciembre.

Tengo todas las expectativas, si no hay un acuerdo, de que esas tarifas entrarán en vigencia, señaló Mnuchin en una entrevista con la cadena de televisión CNBC. ¿A la mesa con escopeta?

Paralelamente, la Administración General de Aduanas del gigante asiático anunció los resultados del comercio exterior chino en los tres primeros trimestres de 2019. El informe detalló que de manera general la actividad mercantil mantuvo un crecimiento estable al expandirse un 2,8 por ciento con respecto al año anterior, lo cual representó ganancias por casi 23 000 millones de yuanes (más de 3 000 millones de dólares).

Los envíos a mercados internacionales vieron un alza del 5,2 por ciento, mientras las importaciones bajaron un 0,01 por ciento y el superávit comercial del país se expandió en un 44,2 por ciento interanual, citó PL.

Según el informe, las operaciones con los países involucrados en el proyecto económico de la Franja y la Ruta mantuvieron un crecimiento robusto en enero-septiembre de este año y aumentaron 9,5 puntos respecto al mismo período de 2018. También hubo un auge en el comercio desde y hacia África, América Latina, la Unión Europea y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

Por supuesto, en el caso de Estados Unidos continuó a la baja, y Trump cargará con las consecuencias.

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