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TEL AVIV, enero 7.— La violencia desencadenada por los colonos judíos y activistas de la extrema derecha israelí contra los palestinos en la ocupada Ribera Occidental se triplicaron en 2018, y el diario Haaretz dijo que se reportaron 482 incidentes —que incluyeron daños a viviendas y vehículos y destrucción de árboles en plantaciones, además de golpizas a palestinos—, frente a los 140 en 2017.
Según el diario, los incidentes habían disminuido notablemente durante 2016 y 2017, luego del criminal ataque con bombas contra la familia Dawabsheh, en la aldea de Duma, en el que murieron quemados vivos Saad y Riham Dawabsheh y Ali, su bebé de 18 meses. Solo sobrevivió Ahmed, el hijo de cuatro años.
Entonces, el servicio de seguridad israelí Shin Bet arrestó a varios extremistas de derecha sospechosos de estar involucrados en el hecho de violencia y de incitarla contra los árabes. Detenciones e interrogatorios permitieron a las autoridades —según Haaretz— actuar de manera que detuvieron otras acciones violentas contra los palestinos.
Sin embargo, en 2018, luego de la liberación de esos activistas de la ultraderecha, y con el surgimiento de nuevos grupos más jóvenes, los actos violentos aumentaron una vez más. Los justifican como deseos de venganza luego de dos ataques por parte de los palestinos y la muerte de dos israelíes en la zona industrial de Barkan.
Pocos días después, una palestina, madre de siete niños, fue asesinada cerca de Nablus, a pedradas lanzadas por colonos israelíes contra el carro en que viajaba.
A los actos de violencia se suma el intento de quema de una mezquita y el bloqueo de caminos en las zonas de Ramalá y Nablus, donde los colonos emboscan a los conductores palestinos y han dañado vehículos y causado heridas a los pasajeros palestinos.
Carteles en hebreo, aparecidos en el pueblo de Huwwara, en el área de Nablus, que está rodeado por asentamientos ilegales israelíes, llaman a la muerte del presidente palestino Mahmoud Abbas, a quien llaman «partidario de los terroristas», informó la publicación digital Middle East Eye, que detalla otros ataques en la aldea de Yasuf, donde —además de los daños a vehículos y viviendas—, dejaron mensajes escritos en carrocerías y paredes como «Venganza» y «Muerte a los árabes».
Este reporte no menciona la situación en la Franja de Gaza, donde las autoridades de Israel han asesinado a decenas de palestinos, principalmente durante las manifestaciones convocadas cada viernes desde el 30 de marzo de 2018, conocidas como la Marcha del Retorno, en la que cientos o miles de palestinos desarmados llegan hasta la frontera con Israel y allí son atacados por francotiradores y con gases lacrimógenos.
Estas manifestaciones exigen que los refugiados palestinos y sus descendientes puedan ejercer su derecho de retorno a sus tierras ocupadas por Israel y de las que fueron expulsados al constituirse el Estado de Israel.
La brutal represión del régimen israelí dejó 299 palestinos muertos y 29 718 heridos en el año 2018, según la Organización de las Naciones Unidas en un informe elaborado por su Oficina para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA), el más mortífero para los palestinos tras la agresión a Gaza en 2014, y están incluidos médicos, periodistas, discapacitados y menores.
