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A la izquierda, Mamoudu Gassama en el momento de su hazaña. Autor: Twitter Publicado: 04/06/2018 | 09:26 pm
Le llaman el «Spiderman sin papeles», en esa forma publicitaria de resumir su acción: él, un indocumentado, que decidió subir paredes para salvar a un niño que se suspendía desde el borde de un balcón.
Mamoudu Gassama es el nuevo superhéroe favorito de Francia, y es mejor que cualquier otro salido de los cómics, porque es real. Hace ocho meses partió de Mali —su tierra natal—, llegó a Libia, cruzó el Mediterráneo rumbo a Italia y de allí a París; una odisea que viven anualmente cientos de miles de migrantes. Hasta el domingo, era solo eso, un Ulises desconocido sin librarse de las sirenas de la migración irregular.
Pero ese día todo cambió. «No dudé. Vi a un niño de cuatro años en esa situación y no pensé en nada, solo en que había que salvarlo y, gracias a Dios, lo salvé», dijo este Hombre Araña, quien solo para hacernos comprender que es completamente humano agregó con timidez: «cuando entré en el apartamento, mis piernas empezaron a temblar».
¿Fue la adrenalina, una mezcla de valor-temor o simple (y grandiosa) humanidad aquello que lo llevó a escalar con rapidez y agilidad las paredes del edificio hasta el cuarto piso para salvar al pequeño, metiéndolo de nuevo en la vivienda? Quién podría asegurarlo. Lo cierto es que a Mamoudu, contrario al resto de los que horrorizados veían al niño suspendido de una mano, no le faltaron las agallas para subir balcones.
Ahora, como todo superhéroe descubierto, la vida le cambió. Francia lo ama y ha reclamado que lo hagan francés de acogida. El propio presidente galo, Emmanuel Macron, lo recibió en la sede del Gobierno. Los medios narraron el encuentro entre el político y el titán: «Bravo», le dijo el mandatario. «Gracias», respondió tímidamente Gassama.
Macron le dio una condecoración, le prometió que su situación será regularizada rápidamente y que podrá obtener la ciudadanía francesa y, además, le propuso trabajar como bombero en París. Es el premio por salvar al infante y la respuesta a miles de firmas que pedían hacerlo un documentado. Sin embargo, me gusta pensar que se trata también de un merecido homenaje al hombre que debió atravesar dos continentes y pasar varios meses «sin papeles» en una ciudad que hoy le devuelve con gratitud las gracias.
Para muchos el villano de la historia será el padre del niño, que lo dejó solo en casa para ir al supermercado y que demoró en llegar por jugar Pokemon GO. Ese mismo día, fue puesto bajo detención provisional por el cargo de dejación de la obligación parental. El juicio será en septiembre, en el que se enfrenta a una condena de hasta dos años de cárcel y 30 000 euros de multa.
Para otros, el verdadero archienemigo es la crisis de migrantes, la inestabilidad mundial, la xenofobia y el racismo, que por suerte, en este caso, han sido vencidos con coraje y amor.
