Un «ciclón bomba» explotó en EE.UU.

WASHINGTON, enero 5.— La implacable ola de frío que castiga desde finales de diciembre pasado la costa este de Estados Unidos ha ido empeorando aún más y los pronósticos de que continúe así son casi seguros. Sin dudas esta tormenta ha sido la más intensa en décadas, aunque buena parte de las peores condiciones se han presentado sobre el océano Atlántico. La ola de frío también ha afectado a estados poco habituados a este clima, como Florida, a donde la tormenta llegó con nevadas y heladas.

Es así como durante estos días un «ciclón bomba», se ha apoderado de este país, lo que ha provocado una «monstruosa tormenta» casi en toda la costa oriental estadounidense, desde el estado de Georgia hasta Maine, acompañada de heladas y nieve. Asimismo, el fenómeno tomó dimensiones similares al de un huracán de invierno, que azotó principalmente la región nororiental del país, dijo Russia Today.

Los meteorólogos pronostican que la tormenta de nieve y viento se convirtió en lo que denominan un «ciclón bomba», debido a que la presión atmosférica bajó bruscamente. Tras su paso una corriente ártica provocará en el noroeste de Estados Unidos rachas de aire frío extremo para este fin de semana. Se prevé que poco a poco se pase a una situación con menos riesgo de nevadas pero con temperaturas más bajas. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, el sábado será el día más frío en el noreste.

El Servicio Meteorológico Nacional prevé que en zonas de la región de Nueva Inglaterra las ráfagas de aire alcancen alrededor de 30 grados bajo cero. Entre Filadelfia y Boston el viento puede provocar que la sensación térmica descienda de 20 bajo cero.

Esta semana al menos 19 personas han fallecido en EE UU por causas relacionadas con las adversas condiciones meteorológicas, según informa la cadena CNN. Alrededor de 8.000 viviendas se quedaron sin luz en 10 estados de la costa Este. El jueves se cancelaron 4.300 vuelos en esta región y este viernes se han suprimido otros mil. El principal aeropuerto de Nueva York, el JFK, cerró el jueves pero ya empezó a reanudar poco a poco sus operaciones.