21
PARÍS, agosto 15.— El presidente francés, Emmanuel Macron, cumple este martes cien días de Gobierno en medio de la crisis de inmigración y una caída de su imagen en los sondeos. Según una encuesta realizada por el Instituto IFOP para el diario Le Figaro, solo el 36 por ciento de los franceses está satisfecho con su gestión.
ANSA refiere que ello es un verdadero termómetro, sobre todo si se tiene en cuenta que su antecesor, Francois Hollande, que terminó su Gobierno en franca impopularidad, tenía a los cien días de su llegada un 46 por ciento de adhesión.
Los números son una verdadera alarma para el jefe del Elíseo, obligado a volver a poner los pies en la tierra tras el entusiasmo de los primeros días al frente del Gobierno.
Entre las principales causas del descontento se encuentran medidas como la reducción del presupuesto de Defensa, que provocó la dimisión del jefe del Estado Mayor, Pierre de Villiers, el recorte de subsidios y los escándalos que rozaron a algunos de sus ministros.
Entre las cuestiones más importantes está la de los inmigrantes, nudo gordiano para la imagen del presidente a nivel internacional.
Sus declaraciones en Orleans, donde Macron afirmó que no quería ver a «nadie en las calles», no se condicen con la actitud rígida del Gobierno.
El mandatario colocó muchas veces el acento sobre la diferencia entre quienes solicitan asilo y los inmigrantes económicos, aludiendo a una actitud «rigurosa» contra quienes «vienen de países seguros y siguen las rutas de las migraciones económicas». Tales posiciones contrastan con la imagen «europeísta» mostrada durante la campaña electoral.
Al regresar de sus vacaciones Macron afrontará las primeras pruebas de estrés de su mandato: deberá confrontar la puesta en marcha de las principales reformas en cartera, como la Ley de Trabajo, un campo particularmente delicado para el Ejecutivo, con los sindicatos y la oposición en guardia, quienes ya anunciaron protestas y huelgas.
