BOGOTÁ, marzo 11.— Como un gran paso hacia la paz en Colombia, han calificado algunos expertos y políticos la decisión del Gobierno de detener, durante un mes, los ataques aéreos contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), una medida para bajar la intensidad al conflicto mientras se sigue negociando la paz en La Habana, dijo PL.
Negado hasta ahora a decretar una tregua militar antes del acuerdo definitivo por considerar que fortalecería a la guerrilla, respondió de esa manera al histórico alto el fuego unilateral e indefinido decretado por la guerrilla en diciembre pasado.
Según afirmó el jefe de la delegación gubernamental a los diálogos, Humberto de la Calle, en conferencia de prensa este miércoles, la suspensión de bombardeos no es un cese el fuego bilateral disfrazado, pero es una medida de construcción de confianza y transitoria que será reevaluada al cabo de un mes.
Aclaró, que la medida no supondrá frenar la acción de la fuerza pública contra la extorsión, el secuestro y el narcotráfico, sobre la lucha contra toda forma de crimen organizado, subrayada el martes por el presidente Juan Manuel Santos al anunciar la decisión.
De la Calle respondía así a declaraciones del procurador Alejandro Ordóñez, un destacado crítico del proceso de paz, quien apuntó que el Gobierno ha acatado «imposiciones» de las FARC-EP antes de la firma del acuerdo de terminación del conflicto, reportó EFE.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, afirmó que las Fuerzas Militares no van a renunciar a los bombardeos si detectan «una amenaza inminente contra la población».
La Defensoría del Pueblo elogió la decisión del Gobierno al considerarla un paso adelante para contribuir a la reducción de la confrontación armada.
El partido progresista Alianza Verde indicó, por su parte, que este gesto ratifica la victoria del diálogo sobre la confrontación, prueba de que el proceso de paz entró en una etapa definitiva de acuerdo. En la misma línea se expresó el oficialista Roy Barreras, copresidente de la Comisión de Paz del Senado, quien calificó de audaz y necesario el cese de los bombardeos.
Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), la decisión de Santos es una jugada maestra que saca al proceso de paz de un momento crítico, resuelve al problema de cómo dialogar en medio de la guerra y asegura que la violencia del conflicto no va a romper las negociaciones.
Mientras, la ex candidata presidencial del Partido Conservador, Marta Lucía Ramírez, combinó la crítica y el apoyo, pues se opuso al cese de los bombardeos pero también defendió la creación de una Comisión Asesora de la Paz en Colombia, una suerte de comité que estará integrado por representantes de diferentes vertientes políticas del país.
Santos anunció además la conformación de una comisión de «carácter incluyente y pluralista» que integre a todo el espectro de la opinión pública, especialmente a los partidarios de su predecesor, el ex presidente Álvaro Uribe, el más férreo opositor a los diálogos.