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MOSCÚ, mayo 20. — El primer ministro Dmitri Medvédev adelantó este martes que Rusia no reconocerá la legitimidad de las elecciones presidenciales en Ucrania, anticipadas por las autoridades golpistas, aunque respeta la voluntad de los ciudadanos de ese país, informa PL.
Interpelado acerca de los comicios programados para el 25 de mayo, en medio de una operación militar a gran escala en el sureste ucraniano, Medvédev aclaró en entrevista a la publicación estadounidense Bloomberg TV que el respeto a quienes se expresen por uno u otro candidato no significa un acto de reconocimiento.
Recordó Medvédev que esas elecciones presidenciales son consecuencia de un cambio anticonstitucional de régimen.
A su juicio, el acto de reconocimiento por un estado extranjero es solo posible en caso de que los resultados reflejen la voluntad de la mayoría de los ciudadanos del país.
Las recién proclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk anticiparon esta semana que no celebrarán la farsa electoral en esos territorios y por ende, no admitirán los mandatos elegidos en un proceso que busca legitimar el golpe de Estado de febrero pasado, y a la élite política golpista de Kiev.
Medvédev comentó que Rusia tiene experiencia de participar en el monitoreo de comicios en otras zonas del planeta, por eso -indicó- en Ucrania no estamos convencidos de que las elecciones transcurrirán de modo correcto.
Sumó como otro problema para la legitimidad de esas justas el hecho de que las regiones rehusan participar y cuando menos en algunas solo una parte de la población acudiría a las urnas, todo lo cual en general pone bajo cuestionamiento el proceso.
En cuanto a las acusaciones de que Rusia pretende «anexarse algunas regiones de Ucrania», el primer ministro calificó esas formulaciones de propaganda y sugirió que la mejor manera de garantizar la integración territorial del vecino país es el diálogo directo de Kiev con todas las regiones.
Lo principal es tranquilizar la situación interna, hacer todo lo posible para una distensión, que en esencia significa frenar la propagación de la guerra civil en territorio ucraniano, recalcó el jefe de Gobierno ruso.
Puntualizó que Rusia no puede ni se propone actuar como garante de la integridad territorial de Ucrania porque jamás asumió tal compromiso.
Consideró, por el contrario, que las autoridades ucranianas deben dar a su pueblo garantías de que reinará en el este tranquilidad y no van a emplear material pesado, incluidos carros de combate, aviones y helicópteros contra la población civil.
