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El experto cibernético Snowden descargó una gran cantidad de información clasificada sobre los planes más encubiertos de Washington. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:35 pm
LA PAZ, julio 4. — El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia procedió este jueves a la devolución «inmediata y categórica» de una solicitud de extradición del exagente de la CIA Edward Snowden presentada la víspera por Estados Unidos.
Según informó la cancillería, esta petición es ilegal, infundada y carece de sentido, pues el extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos no se encuentra en la nación andina.
«La extraña, ilegal, infundada y sugestiva solicitud de extradición de una persona que no se halla en territorio del Estado requerido, será devuelta al gobierno de Estados Unidos de forma inmediata y categórica», señala el texto.
Además, la cancillería reiteró de manera enfática que Snowden nunca se entrevistó con el presidente Evo Morales en Rusia ni subió a la aeronave, un rumor que conllevó a la cancelación del permiso de vuelo del avión del mandatario cuando regresaba de Moscú, destacan reportes de PL.
El ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca consideró ayer que la solicitud de extradición recibida de Estados Unidos explica la decisión de varias naciones europeas de bloquear su espacio aéreo por temor a que el avión presidencial transportara a Snowden.
«No es casual, esa nota llegó a la cancillería con este contenido. Consideramos que Estados Unidos ha pensado que Snowden estaba en el avión presidencial y que los países han actuado de manera consensuada», afirmó.
Asimismo, ratificó que su gobierno no ha recibido solicitud de asilo del especialista en informática estadounidense y explicó que en caso de recibirla se procederá a su consideración.
La víspera, Francia, España, Italia y Portugal cancelaron los permisos de vuelo del avión de Morales, tras la sospecha de que transportaba al exagente, perseguido por Washington por revelar una red de ciberespionaje perpetrada por Estados Unidos.
La prohibición obligó al mandatario a permanecer varado por más de 13 horas en Viena, Austria, lo que provocó el rechazo de gobiernos y organizaciones sociales de América Latina.
