Cualquier intento de reavivar acciones o golpes de Estado castrenses o económicos como los de 2002 y 2003, o de cualquier otro tipo en Venezuela, está condenado al fracaso. Autor: José M. Correa Publicado: 21/09/2017 | 05:29 pm
CARACAS.— Lealtad absoluta al pueblo, al presidente Chávez y a la Revolución Bolivariana juró la Junta Directiva de la Asamblea Nacional de Venezuela para el período 2013.
En la votación fue ratificado como presidente del Parlamento Diosdado Cabello, y como primer vicepresidente y segunda vicepresidenta, los también socialistas Darío Vivas y Blanca Eekhout, respectivamente.
La víspera quedó instalada la primera sesión ordinaria del año legislativo. El único punto del día era la elección del presídium, el cual fue decidido por «mayoría evidente».
Las propuestas se hicieron a través de la llamada «plancha», donde el mayoritario bloque revolucionario, en criterio unánime, postuló los cinco cargos a voto, los que al final de la jornada resultaron seleccionados.
La minoritaria oposición promovió un primer vicepresidente y un subsecretario de sus filas, pero no pudo ir más allá.
La propuesta del bloque socialista estuvo a cargo del legendario guerrillero y ex presidente de la Asamblea Nacional en 2011, Fernando Soto Rojas, quien resaltó que bajo la conducción del presidente Chávez en Venezuela hay un «nuevo Estado en construcción, democrático, social, de justicia y de derecho».
El periodista, profesor y diputado Earle Herrera, en contrarrespuesta a declaraciones de un legislador derechista que impugnó la «plancha» bolivariana, expuso que la directiva revolucionaria no era un ejercicio parlamentario de rutina ni un reparto de cuotas —como ocurría antes de la Revolución—, sino la expresión de la voluntad del pueblo venezolano.
El 7 de octubre, dijo Herrera, «el pueblo habló y le propinó una derrota aplastante (a la oposición), en una campaña épica de Hugo Chávez; y el 16 de diciembre lo corroboró en las elecciones regionales», cuando los bolivarianos triunfaron en 20 de los 23 estados de la nación.
Al refutar la tentativa de la reacción de colocar a alguno de sus diputados en la Junta Directiva, Herrera expresó que el Parlamento, a través de su mayoría socialista, estaba obligado a ser coherente con la voluntad del pueblo expresada en esas dos elecciones.
«Siguiendo con ese pronunciamiento en los comicios, ustedes no estarán en la directiva de esta Asamblea Nacional», alertó a la minoritaria bancada opositora.
También fueron ganadas por «mayoría evidente» las postulaciones socialistas de Iván Serpa como secretario de la Asamblea Nacional, y Víctor Clark, como subsecretario.
En Venezuela existen cinco poderes constitucionales: el legislativo, el ejecutivo, el judicial, el ciudadano y el electoral. La Junta Directiva juró frente a una representación del Pueblo Soberano: miembros de los diferentes sectores populares, laborales y de los pueblos indígenas.
No traicionaremos ni al pueblo ni a Chávez
Al asumir la jefatura parlamentaria, Diosdado Cabello señaló que jamás los diputados revolucionarios traicionarán al pueblo ni al presidente Chávez. «El poder lo tiene el pueblo y no se lo vamos a entregar a ustedes», indicó a la oposición.
En su discurso de instalación de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional, Cabello también salió al paso a las manipulaciones e interpretaciones sobre la asunción por parte de Chávez como Presidente reelecto para el período 2013-2019.
Indicó que el líder bolivariano fue electo por la «voluntad soberana del pueblo y esa está por encima» de cualquier triquiñuela legal, en referencia a matrices de opinión e incluso maniobras abiertas de la derecha local e internacional sobre que el 10 de enero es el día fijado para la toma de posesión.
La conjura se apoya en una interpretación intencionada del artículo 231 de la Constitución, según el cual: «El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el 10 de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia».
En una sencilla e irrefutable explicación de los escenarios, Cabello ejemplificó que si en el supuesto negado de que tuviera que llamarse a una nueva elección presidencial, y esta fuera en febrero, ¿entonces el mandatario electo tendría que esperar hasta el 10 de enero de 2014 para tomar el poder?... Más claro, ni el agua.
El Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela ratificó así que «Hugo Chávez es el presidente de la República y lo seguirá siendo más allá del 10 de enero».
El pueblo desbordó el Palacio Legislativo
La apertura de la primera sesión ordinaria del Parlamento en 2013 y la instalación de su Junta Directiva, en la que estuvieron presentes el vicepresidente ejecutivo Nicolás Maduro, el Gabinete ministerial y los Gobernadores y Gobernadoras recién juramentados, fue acompañada por una multitud llegada de todas partes de Caracas.
Representantes de las mayorías sociales acudieron a la convocatoria hecha por los socialistas para que el Poder Popular acompañara el procedimiento legislativo, como muestra de apoyo al presidente Hugo Chávez, a los diputados de la Revolución y en rechazo a las maniobras de la derecha local y foránea.
La certeza de que Chavéz es un pueblo y de la unidad revolucionaria fue el espíritu de la concentración frente a la sede de la Asamblea Nacional.
La posición firme de la mayoría parlamentaria, el Gobierno nacional y las masas populares han ido desarticulando los escenarios que la derecha está queriendo generar para desestabilizar el país.
No obstante, ahora se abre un compás de espera. ¿Acudirá la derecha al Tribunal Supremo de Justicia para impugnar o reclamar una interpretación de los articulados que se refieren a las fechas y maneras de las tomas de posesión presidencial?
¿Reforzará las campañas de manipulación para generar inestabilidad, zozobra y desconcierto entre algunas corrientes de la Revolución? ¿Atizará el odio acumulado entre los sectores antichavistas para promover acciones de desobediencia?
Habrá que ver cómo reacciona la contrarrevolución. Lo que sí está claro, como decía Cabello, es que ya esta es una Revolución madura y preparada. Cualquier intento de reavivar acciones o golpes de Estado castrenses o económicos como los de 2002 y 2003, o de cualquier otro tipo, está condenado al fracaso.