Brian Terrell, de Maloy, Iowa participa en la protesta por el décimo aniversario de la llegada del primer avión con 20 prisioneros a la ilegal base naval de Guántanamo. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:16 pm
WASHINGTON, enero 9.— Militantes de la organización Testigos contra la Tortura, vistiendo trajes anaranjados como el de los prisioneros o encerrados en jaulas, se reunieron el lunes frente a la Casa Blanca para exigir el cierre de la prisión de Guantánamo, abierta hace 10 años por Estados Unidos, constató la AFP.
Pequeños grupos manifestarán las 24 horas del día hasta el miércoles, fecha del aniversario de la llegada de los primeros prisioneros a esa cárcel situada en una base estadounidense en territorio cubano usurpado al sudeste de la isla de Cuba.
También habrá un gran mitin convocado por organizaciones de defensa de los derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional.
Los manifestantes, que también realizan un ayuno en una iglesia de Washington, reclaman el cierre de la prisión de Guantánamo, «como había prometido el presidente Barack Obama», así como la de Bagram en Afganistán.
Exigen además la derogación de la Defense Authorization Act, que permite detener por tiempo ilimitado y sin juicio a acusados de atentar contra la seguridad nacional.
«Hace ya diez años que las personas pueden ser detenidas por tiempo ilimitado y sin juicio, sin saber cuándo serán liberados ni de qué se les acusa», denunció Brian Terrell, uno de los manifestantes citados por AFP.
Entretanto, en Kuwait, los familiares de los últimos prisioneros árabes están cansados de esperar su liberación, que tarda en llegar a pesar de las promesas estadounidenses de cerrar ese centro de detención.
«Mi hijo podría permanecer encarcelado durante toda su vida», dijo Jaled al Odah, presidente del comité de familiares de detenidos y padre de Fawzi al Odah, quien junto con Fayez al Kandari es uno de los dos últimos prisioneros kuwaitíes en Guantánamo.
«Después de haber prometido liberar a Fayez y a Fawzi, el gobierno estadounidense se retractó y consideró que eran demasiado peligrosos», agregó a la AFP.
Estos dos hombres, que actualmente tienen 34 y 35 años, fueron arrestados a fines de 2001 en el norte de Pakistán por hombres de las tribus y entregados al ejército paquistaní, que a su vez los puso en manos de Estados Unidos. «Ambos efectuaban misiones de caridad y jamás combatieron», sostiene Odah.
En total, 171 hombres permanecen detenidos en Guantánamo. Los yemenitas representan más de la mitad del contingente, y una dificultad adicional para el gobierno norteamericano, que en enero de 2010 declaró una moratoria sobre sus traslados, pues muchos de los 66 ex prisioneros yemenitas repatriados se unieron nuevamente a la yihad.
De los 130 sauditas que había en Guantánamo sólo quedan diez en esa prisión, según Kateb al Shamari, abogado de las familias de los prisioneros sauditas.
«Nosotros pedimos un proceso civil justo, o que sean entregados a Arabia Saudita», insiste este abogado, agregando que las familias «no saben cuáles son los criterios aplicados por los norteamericanos para la liberación de los prisioneros».