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Tras la renuncia del primer ministro Mario Monti este viernes, el gobierno aprobó la celebración de las elecciones generales el 24 de febrero Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:15 pm
ROMA, dic 3.— Nuevos impuestos y reducción de algunas tasas figuran en el plan de restricciones para Italia que hoy explicó el primer ministro Mario Monti a representantes de los principales partidos políticos del país.
El nuevo programa de ajuste, cifrado en unos 25 000 millones de euros, será aprobado el próximo lunes en el Consejo de Ministros.
Italia también quiere recortar el gasto de las administraciones locales en unos 5000 millones de euros, reducir las prestaciones de sanidad en otros 2 500 millones y subir los impuestos en tres puntos porcentuales.
En la explicación de Monti estuvo presente el denominado Tercer Polo, integrado por los partidos Alianza para Italia (API), Unión de Demócratas y Cristianos (UDC) y Futuro y Libertad (FLI). También tiene previsto reunirse con la formación Pueblo de la Libertad (PDL) del ex primer ministro Silvio Berlusconi y con el Partido Demócrata (PD).
Con esos encuentros, el Gobierno quiere allanar el camino para su plan de restricciones ya que, luego de ser aprobado por decreto en el Consejo de Ministros, deberá pasar por el visto bueno de la Cámara de Diputados y del Senado.
Los gravámenes, según detalla el programa oficialista, serán aplicados sobre los barcos y bienes de lujo, mientras se incrementará la tasa patrimonial sobre la segunda y tercera propiedades inmobiliarias.
Esta última medida es rechazada de plano por Berlusconi y su partido, cuyo número de escaños en el Parlamento es mayoritario, y de no conseguir su respaldo, Monti enfrentaría tropiezos en su afán de aprobar los ajustes.
En el encuentro de este sábado el primer ministro encontró el apoyo del Tercer Polo, cuyos representantes confirmaron que respaldarán al plan de medidas ahorrativas.
Italia, a diferencia de Grecia, Irlanda o Portugal, constituye la tercera mayor economía de la zona euro, pero posee una deuda equivalente al 120 por ciento del Producto Interno Bruto de la nación, índice demasiado alto como para que Europa intente un rescate financiero.
