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Los recortes han perjudicado el financiamiento estatal a la educación, explica Koulouris. Autor: Luis Luque Publicado: 21/09/2017 | 05:11 pm
En la semana que termina, el presidente permanente del Consejo Europeo, Hermann van Rompuy, propuso una nueva cumbre para tratar la difícil situación financiera de Grecia y, de paso, los coletazos de ballena que está recibiendo la moneda única: el euro. Alemania se negó en primera instancia a aceptar otra reunión, y Holanda y otros la secundaron, en una manera singular de decir «sálvese quien pueda» o «allá Pitágoras con su teorema».
Pero no: habrá cumbre el 21 de julio. Tema declarado: «La estabilidad financiera de la zona euro en su conjunto y la financiación futura del programa de Grecia». El país helénico, según entendidos de la UE, precisa unos 110 000 millones de euros más para financiarse hasta 2014. Y como los necesita —más necesitaría saber cómo se los devolverá a la UE y el FMI—, al Gobierno del Partido Socialista (PASOK) no le tiembla la mano para apretar la tuerca y atizar el descontento social, por lo que las imágenes de policías y manifestantes en batalla campal en la ateniense plaza Sintagma, ya se van haciendo familiares.
Un amigo de Cuba, el profesor Alexandros Koulouris, del Instituto de Educación Tecnológica de Atenas, ofreció a nuestro diario, por correo electrónico, sus perspectivas de la crisis.
—¿Qué opinas del programa de recortes que aplica el Gobierno del PASOK?
—Que no ayudará al Estado a enfrentar la crisis económica, pues el dinero obtenido de los recortes será usado para pagar los intereses del préstamo de la UE y el FMI. No hay inversiones, solo impuestos más altos y rebajas salariales en el sector estatal, mientras desaparecen empresas de interés público y se despide a sus empleados.
«El Gobierno está vendiendo los recursos públicos, y el pueblo es el que lo sufre, sin esperanzas de que vengan días mejores. Al mismo tiempo, las figuras del ejecutivo, que apoyan a los bancos y a las compañías multinacionales, son arrogantes y provocan a la gente con el modo en que llevan su vida social y privada.
—¿Cuándo empezó a afectarles la actual situación?
—La crisis empezó a golpear desde 2010, cuando el salario anual se redujo en un 40 por ciento. Los recortes en el sector educacional nos obligaron a buscar programas de financiamiento —desde entonces no hemos recibido más fondos estatales— y a cooperar con empresas del sector privado, ofreciéndoles servicios científicos a bajo costo.
«También muchos estudiantes han tenido que irse a trabajar, paralelamente a sus estudios, para poder reforzar sus ingresos, o abandonar la carrera para poder trabajar y ayudar a sus familias. Y el equipo docente ha pasado a ser insuficiente, pues por cinco profesores que se jubilan, solo se puede admitir a uno nuevo».
—¿Qué solución tendría la crisis griega?
—La crisis es un producto del capitalismo. La única solución es cambiar el sistema económico.
