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LUXEMBURGO, junio 20.— La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se arriesga a perder la imagen que quiere dar de su guerra contra el líder libio Muammar al Gaddafi por las acciones en las que han muerto civiles, dijo el lunes el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini.
La OTAN admitió el domingo que había destruido una casa en Trípoli en la que, según las autoridades libias, fallecieron varios civiles, un incidente que siembra nuevas dudas sobre los objetivos de su agresión contra el país norteafricano, comentó Reuters.
El Canciller italiano hizo la acotación antes de una reunión de los ministros de Exteriores de la Unión Europea en Luxemburgo, donde iban a discutir los modos de ayudar a los rebeldes que se oponen a Gaddafi.
Frattini expresó su preocupación porque la OTAN estaba perdiendo la «propaganda de la guerra» frente a Gaddafi, y porque los medios occidentales no enfatizaban lo suficiente el «buen trabajo» hecho por la Alianza en la «protección» de los civiles libios.
El Canciller italiano dijo que la OTAN había establecido lo que denominó un «plazo límite» para concluir en septiembre la campaña de bombardeos, pero que debería buscar antes una solución.
Otros Estados de la OTAN han dicho que la operación, de la que se hizo cargo la Alianza el 31 de marzo, continuará tanto tiempo como sea necesario. En Italia, la misión ha sido cuestionada en el Gobierno de coalición.
Según EFE, la Liga Árabe condenó rotundamente este lunes los bombardeos de la OTAN contra la población civil libia y expresó su «tristeza» por las víctimas. Ahmed bin Heli, vicesecretario de la Liga —que apoyó las sanciones contra Libia y las resoluciones del Consejo de Seguridad para implementarlas—, recordó que el principal objetivo del establecimiento de una zona de exclusión aérea era «proteger a los civiles y no tenerles como objetivo de los ataques».
Mientras, también trascendió que en la propia reunión de Luxemburgo, la Unión Europea rechazó el más reciente discurso del presidente sirio, Bashar al Assad, y abogó por el endurecimiento de las sanciones contra su Gobierno y una pronta condena por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, apuntó EFE.
En su tercer discurso desde el estallido de las revueltas en su país, Al-Assad prometió este lunes eliminar lo que describió como germen de la conspiración contra Siria, y distinguió entre legítimas demandas de reformas y actos vandálicos, al tiempo que convocó a un diálogo nacional.
