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MOSCÚ, agosto 12.— Cerca de un cuarto de los cultivos de cereales se perdieron este año en Rusia a raíz de la sequía y la ola de calor que está afectando el país desde el pasado mes de abril, situación esta que debería aumentar la presión sobre los precios mundiales del trigo.
Según declaró el presidente ruso, Dimitri Medvedev, durante una reunión celebrada en la región agrícola de Rostov, «estamos en una situación muy difícil, porque se perdieron en el país cerca de un cuarto de los cultivos de cosechas de cereales y desgraciadamente muchas explotaciones están cerca de la quiebra», según la agencia Interfax.
Agregó asimismo que «el Gobierno entiende la situación, la conoce y la controla», y agregó que se tomaron decisiones financieras sobre el otorgamiento de una ayuda de aproximadamente 900 millones de euros a los productores agrícolas que se encuentran en una situación crítica.
Recordó además que el Gobierno dispone de casi diez millones de toneladas de granos forrajeros para intervenir en el mercado y usará este colchón de seguridad en las regiones más afectadas por la sequía, informó RIA Novosti.
Los productos derivados de los cereales son las primeras víctimas de la grave sequía que afecta a Rusia y que se vio agravada desde principios de julio por una ola de calor sin precedentes. Por esta causa, el Gobierno ruso ya decretó el estado de emergencia en 27 regiones, sobre un total de 83, situadas esencialmente en la parte europea del gigante euroasiático, donde se encuentra una tierra negra muy fértil.
Tercer exportador mundial de trigo, Rusia ya había anunciado la semana pasada una suspensión de sus exportaciones de ese cereal y sus productos derivados a partir de mediados de agosto, a raíz de la caída en las cosechas.
Este anuncio provocó que los precios mundiales del trigo tocasen niveles récord, luego de ser objeto de un aumento constante en las últimas semanas. Rusia exportó el año pasado 21,4 millones de toneladas de cereales.
