24
El velero Kruzenshtern, de la flota pesquera de la Federación de Rusia. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 04:56 pm
El velero Kruzenshtern, de la flota pesquera de la Federación de Rusia, llegó este viernes a nuestro país para una visita amistosa, en ocasión del aniversario 50 del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, y el 65 de la victoria sobre el fascismo.
En horas de la mañana el barco llegó al puerto de La Habana, donde fue recibido, por la parte cubana, por el capitán de navío José Piñeiro Loredo, de la Marina de Guerra Revolucionaria, y Santiago Pérez, subdirector de Europa en el Ministerio de Relaciones Exteriores, además del embajador ruso en la Isla, Mijail Kaminin.
El buque trae una exposición con fotos que recogen momentos relevantes de la amistad entre las dos naciones, la cual será donada hoy al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
El comandante del buque, Mikhail Eremchenko, junto a varios de sus oficiales, realizaron una visita de cortesía al jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria, contraalmirante Carlos Duque Ramos; en el encuentro también estuvo José Puente Puyú, vicepresidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular de la capital.
Oficiales y cadetes visitantes depositaron una ofrenda floral en el Mausoleo al Soldado Internacionalista Soviético, al oeste de la capital.
El oficial ruso declaró a la prensa que el Kruzenshtern comenzó el año pasado una expedición internacional trasatlántica dedicada al aniversario 65 de la victoria sobre el fascismo, al 90 de la formación de la rama pesquera en esa nación y al 60 de la primera vez que marinos de ese país alcanzaron el Atlántico Norte.
La travesía, en dos etapas, comprendió puertos de Europa, norteamericanos y canadienses, islas Canarias, islas Bermudas, Acapulco, Panamá, Venezuela y Cuba como último punto. Desde aquí partirán hoy hasta Kaliningrado, donde concluirá el viaje el próximo 9 de mayo, día en que se conmemora la rendición militar fascista alemana.
El velero Kruzenshtern, de cuatro palos, posee 114 metros de eslora, 14 metros de manga y casi siete de calado. Fue construido en 1926 en Alemania, donde recibió el nombre de Padua. Tras la Segunda Guerra Mundial pasó a manos de la antigua URSS, que le dio el nuevo nombre en honor al primer almirante ruso que le dio la vuelta al mundo en el navío.
