La economía informal fue el sostén de las familias nicaragüenses durante 16 años de neoliberalismo. Foto: AP MANAGUA, julio 19.— Nicaragua aprobó este viernes una Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional que debe garantizar la planificación y ejecución de políticas que tiendan a disminuir la falta de alimentos entre la población más pobre, según explicó el presidente de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto de la Asamblea Nacional, Wálmaro Gutiérrez Mercado.
En declaraciones que reprodujo el periódico El Nuevo Diario, Gutiérrez explicó que la nueva legislación «obliga» a los gobiernos a planificar y ejecutar acciones que garanticen la producción mínima de alimentos para asegurar el abastecimiento y consumo de los más desposeídos.
La legislación llevaba dos años en los trámites de aprobación, señaló El Nuevo Diario y, según explicó Gutiérrez, sustituye a decretos ejecutivos que, como tales, quedaban al arbitrio del presidente de turno.
Pero eso ahora dejó de existir, agregó el parlamentario, quien dijo que en lo adelante, el Estado «está obligado a crear las condiciones materiales, económicas y presupuestarias para que nuestro sistema de producción se active, y garantice el arroz y los frijoles que los nicaragüenses necesitamos para vivir».
La legislación está a tono con la preocupación del Tercer Mundo por la crisis alimentaria y, según reportó Telesur, ha sido llevada por el Gobierno de Nicaragua al Sistema de Integración Centroamericana (SICA), en la condición de ese país como presidente pro-témpore.
La pasada semana, representantes de los legislativos de Centroamérica y el Caribe acordaron en Managua elaborar esta ley marco para toda la zona istmeña.
La declaración final, suscrita por Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, con Taiwán como observador, consideró «urgente» e «indispensable» la elaboración de una ley marco de soberanía y seguridad alimentaria nutricional para toda Centroamérica, que proteja a sus habitantes frente a la crisis.
Precisamente este viernes, el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) anunció desde Roma que los hambrientos en todo el mundo suman más de 1 000 millones de personas: el mayor número absoluto de la historia y una cifra equivalente a un sexto de la población mundial.
«Una peligrosa mezcla entre la recesión económica mundial, combinada con los altos precios de los alimentos que persisten en muchos países, ha empujado a unos 100 millones más de personas que el año pasado, al hambre crónica y la pobreza», dijo el director general de la FAO, Jacques Diouf, citado por La Jornada.
Según ANSA, las previsiones sobre el hambre para 2009 superan por primera vez los 100 millones de personas, lo que representa un aumento de 11 por ciento en relación con 2008.
La crisis económica mundial con la consecuente disminución de los ingresos, el aumento del desempleo, el nuevo incremento de precios registrado, por ejemplo, en los productos de soja, maíz y trigo, son algunas de las causas de la desnutrición sin precedentes, un fenómeno causado en el pasado, sobre todo, por las malas cosechas.