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Un policía sudafricano apaga el fuego encendido por la turba en el cuerpo de un inmigrante. Foto: Reuters JOHANNESBURGO, mayo 20.— El gobierno de Sudáfrica anunció este martes el despliegue de unidades especiales de la policía para hacer frente a la ola de violencia xenófoba que se registra en este país desde hace una semana y cuyo saldo asciende a una veintena de muertos, cientos de heridos y 10 000 refugiados.
Luego de una visita al barrio de Primrose, en el este de Johannesburgo, uno de los más afectados por los ataques, el ministro de Seguridad, Charles Nqakula, expresó que la decisión forma parte de las medidas que el gobierno asumirá para reforzar la seguridad en barrios marginales donde se han registrado los hechos más violentos contra inmigrantes, principalmente de Zimbabwe, Malawi y Mozambique.
En un comunicado divulgado en la noche del lunes y citado por AFP, el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, llamó a que los responsables cesen estos actos criminales, recordando que los ciudadanos de naciones vecinas son también seres humanos que merecen ser tratados con respeto.
«Las fuerzas del orden deben y van a responder con los medios apropiados contra cualquiera que esté implicado en estos ataques», aseguró el mandatario, quien anunció que por el momento han sido arrestados más de 200 presuntos autores.
Mbeki también anunció la creación de un grupo de investigadores que indagará sobre las causas de la violencia, reportó Afrol News.
Por su parte, el ministro del Interior, Nosiviwe Mapisa-Ngakula, recordó que en un tiempo los sudafricanos fueron inmigrantes en países vecinos durante la etapa del régimen racista del apartheid, y que ahora toca a Sudáfrica ayudar a los otros en «sus momentos de desesperación».
Igualmente anunció que este miércoles se celebrará una reunión urgente entre los representantes nacionales de los desplazados extranjeros, funcionarios del gobierno y del Ministerio de Relaciones Exteriores, con el objetivo de encontrar la mejor manera de darles cabida a esos inmigrantes en el país.
Los principales blancos de la agresión han sido inmigrantes que han llegado a Sudáfrica, una de las más prósperas economías del continente, en busca de trabajo. Sin embargo, la población nacional culpa al alto número de extranjeros de la escasez de empleo y el aumento de la violencia que enfrenta la nación africana.
Los ataques se agudizaron durante el fin de semana, cuando 11 personas fueron asesinadas en vecindarios del centro y este de la ciudad, y una en la barriada de Alexandra, en la que comenzó la batida antiinmigrante el pasado 11 de mayo, según reportes de PL.
Los inmigrantes provenientes de otros países africanos alcanzan los cinco millones. Más de tres millones son originarios de Zimbabwe.
