El Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Nueva Orleans bloqueó el jueves por la tarde la orden de libertad condicional para Luis Posada Carriles e impidió que el terrorista fuese puesto en libertad después de haber pagado una fianza de 350 000 dólares.
¿Qué arte de prestidigitación utiliza ahora el gobierno de Estados Unidos para mover el caso del terrorista a Nueva Orleans? ¿Qué ocurrirá en los próximos días? ¿Sale o no sale a la calle próximamente? Para responder estas preguntas, Cubadebate conversó vía telefónica con el abogado José Pertierra, representante legal de Venezuela para la extradición de Posada Carriles.
—¿Por qué interviene ahora el tribunal de Nueva Orleans en el caso de Posada Carriles?
—El Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito tiene su sede en Nueva Orleans y su jurisdicción alcanza las decisiones de los tribunales de primera instancia en el Estado de Texas.
—Las noticias en el día de ayer eran muy confusas sobre lo ocurrido a Posada Carriles, desde el punto de vista legal. ¿Puede explicarnos qué sucedió exactamente?
—Se produjeron, en realidad, dos acciones del gobierno de Estados Unidos. Digamos que lanzó dos tiros al aire para impedir por ahora la liberación de Posada: uno, ante el Departamento de Seguridad Interior (Homeland Security), y otro, ante la Corte de Apelaciones de Nueva Orleans.
—¿La primera acción tiene que ver con las declaraciones que hizo el vocero de los alguaciles federales?
—Exactamente. Mientras los abogados del terrorista terminaban en la mañana de ayer los trámites necesarios para pagar la fianza dictaminada por la jueza Kathleen Cardone, el vocero de los alguaciles federales, Jerry Payan, le anunció a la prensa que el Departamento de Justicia trasladaría la custodia de Posada a la agencia denominada Immigration Customs and Enforcement (ICE), del Departamento de Seguridad «debido a que Posada tiene una orden de deportación».
«Una vocera del ICE confirmó esta información inmediatamente después y le dijo a la prensa que Posada sería trasladado a la custodia del ICE, en cuanto pagara la fianza requerida por la jueza Cardone.
«Pude confirmar que el ICE estaba listo para imponerle a Posada una orden de detención migratoria de 48 horas. Ese tipo de orden de detención migratoria es la más simple de implementar, porque solamente requiere de un aviso al reo. Le permite al ICE detener al reo por 48 horas para que la agencia “asuma la custodia” de forma más prolongada».
—Y en eso llegó la orden de la Corte de Apelaciones, ¿no?
—A las 11:53 a.m. (hora de El Paso; 1:53 p.m., en Cuba), los fiscales Paul Ahern y John W. Van Lonkhuyzen presentaron una apelación ante el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito. Posada Carriles estaba en esos momentos en ruta de Nuevo México (donde está preso) hasta El Paso, para firmar los documentos necesarios para obtener su libertad condicional.
«En las últimas horas de la tarde, el Tribunal de Apelaciones emitió una orden de emergencia que congela “temporalmente” la orden de libertad condicional.
«Los alguaciles federales entonces retornaron a Posada Carriles a la cárcel de Nuevo México y no se lo entregaron al ICE, ya que el congelamiento de la orden de libertad le permite al Departamento de Justicia mantener la custodia del reo».
—¿Qué quiere decir exactamente que «se congela la libertad condicional»?
—Que estamos ante un litigio para definir si la jueza tuvo o no razón cuando desestimó los argumentos de la Fiscalía, en contra de la libertad condicional del terrorista. Los abogados de Posada Carriles tienen hasta el martes para responder ante el Quinto Circuito a la apelación de la fiscalía.
—¿En qué se fundamenta esta apelación de la Fiscalía?
—El código procesal penal de Estados Unidos le permite a la Fiscalía apelar a un tribunal de apelaciones cualquier decisión relacionada con una orden de liberar a un preso acusado de algún delito. La Fiscalía tiene 30 días para apelar una decisión del tribunal de primera instancia, y los reglamentos establecen que la apelación se decidirá de forma expedita. La decisión de libertad condicional está fechada el 6 de abril. La Fiscalía apeló el 12 de abril. El Tribunal de Apelaciones bloqueó la orden de libertad condicional temporalmente por razones emergentes para tener tiempo para poder decidir sobre la apelación presentada por la fiscalía.
—Usted ha dicho que una orden de detención migratoria basta para que Posada no salga de la cárcel. ¿Por qué este enredo ahora?
—Efectivamente, lo único que tendría que hacer la Casa Blanca para mantenerlo preso es imponerle una orden de detención migratoria y certificarlo como un terrorista. Washington tiene en sus manos las llaves de la cárcel de Posada Carriles. Una orden de detención de ese tipo, le restaría jurisdicción a la jueza Cardone y al Quinto Circuito de Nueva Orleans sobre la libertad condicional de Posada, porque aunque él pague la fianza retornaría a la custodia del ICE. Pague lo que pague Posada, seguiría preso.
—¿Entonces por qué van a Nueva Orleans?
—Excelente pregunta. Pese a poder fácilmente mantener a Posada preso sin necesidad de recurrir a los tribunales, la Casa Blanca insiste en prestarles las llaves de la cárcel a los jueces y ejecutar una serie de piruetas legales. Piruetas que a veces parecen jerigonzas técnicas incomprensibles. ¿Por qué? Porque desde que este caso comenzó en mayo de 2005, cuando Inmigración tomó custodia de Posada, la Casa Blanca ha querido aparentar ante el público que está cumpliendo con sus deberes legales. La realidad es otra. La Casa Blanca ha hecho lo mínimo posible para condenar a Luis Posada Carriles.
«Por ejemplo, Inmigración lo acusó simplemente de indocumentado. En el trámite de inmigración, los fiscales no presentaron evidencia. No presentaron testigos. Permitieron que alguien de la talla de Joaquín Chaffardet, un socio siniestro de Posada, fuera presentado ante un juez de Inmigración como un supuesto experto en derechos humanos. Este juez de Inmigración, que ignoraba los antecedentes de Chaffardet porque la Fiscalía jamás estuvo interesada en que los supiera, acreditó su testimonio prejuiciado y dictaminó que Posada sería torturado en Venezuela.
«El juez de Inmigración dictaminó una orden de deportación contra Posada, pero aclaró que su deportación no podría ser a Venezuela. Con la orden de deportación comenzamos a ver las piruetas legales. Aunque la orden de deportación no excluye una posible extradición de Posada a Venezuela, muchos no comprenden la diferencia legal entre una deportación y una extradición».
—En eso llegó la orden de deportación, que no pudo realizarse porque ningún país consultado aceptó recibirlo, ¿no?
—A partir de la orden de deportación, la Casa Blanca ha dirigido el proceso hacia una supuesta batalla legal en torno a la posible liberación de Posada. Cuando el reo presentó una petición de hábeas corpus para lograr su liberación, el Departamento de Seguridad le envió una carta donde lo describe como una persona peligrosa, pero no lo certifica como tal de acuerdo con los propios reglamentos migratorios. Ni lo certifica, ni presenta evidencia alguna, que como se sabe tanto abunda en los propios archivos de la CIA y el FBI.
«En vez de certificarlo, la Casa Blanca decidió encausarlo el 11 de enero de este año por fraude migratorio. Es decir, en vez de encausarlo por asesino, lo encausa como mentiroso.
«Inexplicablemente, el 17 de enero la Casa Blanca le ordena al Departamento de Seguridad que traslade la custodia de Posada al Departamento de Justicia. Esa es una decisión clave, porque de esa manera, pone las llaves de la cárcel en las manos de un juez. La jueza a quien le presta las llaves es Kathleen Cardone. Ella es la que ordena su libertad condicional el 6 de abril.
«Todo esto lo pudiera haber evitado la Casa Blanca, pero le interesa más la apariencia de la justicia que la justicia. También quiere que si deciden finalmente liberar al terrorista, la culpa parezca ser de un juez y no del presidente Bush».
—Sorpresivamente, el embajador de EE.UU. en Caracas ha dicho ayer que su gobierno desestimó el expediente de extradición presentado por Venezuela. ¿Cuándo ocurrió esa negativa?
—Aparentemente el embajador está confundido. Estados Unidos no ha rechazado el expediente de extradición; ni formal ni informalmente. Todo lo contrario. El 9 de noviembre de 2005, el Departamento de Estado envió una nota diplomática a la Embajada de Venezuela en Washington, informando que enviarían «pronto» «preguntas» relacionadas con esa solicitud. Esto fue reiterado varias veces de manera verbal. Hemos indagado sobre estas preguntas en varias ocasiones a través de notas diplomáticas y conversaciones telefónicas con el Departamento de Justicia y con el Departamento de Estado.
«En ningún momento, Estados Unidos ha informado que se ha rechazado la solicitud de extradición. La respuesta siempre ha sido la misma: pronto recibirán las preguntas. Pero ese “pronto” no ha llegado.
«Sospecho que el embajador Brownfield confunde los hechos. El 23 de mayo de 2005 el Departamento de Justicia le informó a Venezuela que su pedido de “detención preventiva” del terrorista estaba defectuoso. Apenas tres semanas después, el 15 de junio, Venezuela perfeccionó el pedido de detención preventiva, al incluir entonces la solicitud de extradición. Ese expediente tiene más de 1 500 páginas. Contiene, entre otros documentos, la orden de arresto de Posada Carriles en Caracas, los 73 cargos penales de homicidio calificado relacionados con la voladura del avión, declaraciones y confesiones de individuos que involucran a Posada en el sabotaje, un diagrama del detonador de C-4 dibujado a puño y letra por el cómplice material de Posada Carriles y mucho más.
«Esta solicitud de extradición se fundamentó en tres convenios internacionales: el tratado de extradición entre Venezuela y Estados Unidos, el Convenio de Montreal para la protección de la aviación civil y el Convenio internacional para la protección de civiles contra actos terroristas cometidos con explosivos».
—¿Sale o no sale libre Posada?
—Aunque es peligroso tratar de predecir el futuro, no creo que Posada salga libre al menos en unas semanas. Pase lo que pase con la apelación, la Casa Blanca ya mostró su disposición de imponerle una orden de detención migratoria. Difícilmente darían marcha atrás con eso ahora.
«Sin embargo, para asegurarnos de eso, hay que continuar con la presión popular, política y mediática. La batalla no es simplemente para mantener a Posada preso por mentiroso o por indocumentado. La batalla es para que lo extraditen o lo procesen por terrorista y asesino.
«No nos olvidemos de que ha sido la indignación del mundo ante la posible liberación de Posada la que mantiene a la Casa Blanca en esta encrucijada legal. No lo certifican como terrorista, no lo extraditan, y no lo procesan como asesino, pero se cuidan bastante de soltar al terrorista, por la sencilla razón de que Luis Posada Carriles es una prueba irrefutable de la hipocresía de la guerra de los Estados Unidos contra el terror». (Fragmentos. Tomado de Cubadebate)