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Caracas, 13 nov (PL) La infraestructura vial venezolana gana hoy espacio con la incorporación del segundo puente sobre el Río Orinoco, una de las mayores obras de ingeniería de Sudamérica y que enlazará los estados de Bolívar, Monagas y Anzoátegui.
Según fuentes del ministerio de Industrias Básicas y Minería, la vialidad cuenta con una longitud total de tres mil 156 metros, ejecutada con un costo cercano a los mil 240 millones de dólares.
Los pasos iniciales para la construcción se dieron en enero del 2000, cuando el gobierno venezolano otorgó la ejecución del proyecto a la compañía brasileña Odebrecht, que a su vez utilizó los servicios de unas 47 empresas en condición de subcontratistas.
Para los especialistas, la estructura constituyó un verdadero desafío a la ingeniería moderna, dada sus características y dimensiones, así como el volumen de material empleado.
La zona central tiene como soporte cuatro torres de 120 metros de altura, las cuales están asentadas en bases cuya ejecución demandó una penetración de hasta 90 metros en suelos sedimentarios, para de esa forma garantizar la solidez y estabilidad de la obra.
Las referidas estructuras sirven de punto de partida de los tirantes de acero que sostienen los tramos centrales del puente y por debajo de ellos operan dos canales de circulación fluvial de 300 metros de ancho cada uno.
La parte superior -con 24,70 metros de ancho- dispone de cuatro vías de circulación para vehículos y una franja central donde se instalará un ferrocarril, pendiente de construcción.
Las estadísticas revelan la magnitud de los trabajos, tras señalar que la longitud total de los cables utilizados en los tirantes alcanza los 600 kilómetros.
El volumen de acero, añadieron expertos, es el equivalente al necesario para la fabricación de 87 mil 600 vehículos ligeros, mientras que en el caso de las cabillas si se colocan en línea estarían en condiciones de dar la vuelta al mundo.
En el Orinoco ya se edificó una primera estructura de ese tipo, con una longitud de mil 678 metros y que fue inaugurada en enero de 1967, en una época cuando fue considerado como el primero de su tipo en América Latina.
