BEIRUT, julio 27.— Los aproximadamente 90 bombardeos aéreos israelíes del este jueves contra el sur y el este del Líbano, junto a la frontera con Siria, dejaron al menos 11 muertos, según la policía libanesa. Entre las víctimas mortales de los más de 400 misiles disparados hay dos mujeres, un policía, un palestino y un ciudadano nigeriano.
Hizbolá empleó al menos 80 cohetes que impactaron al norte de Israel en Maalot, Safed, Rosh Pina y Carmiel.
En la jornada bélica número 16, los proyectiles sionistas apuntaron principalmente contra una base militar libanesa y edificios residenciales en Amchit, y casas en Iglim al Tuffah, al este del puerto de Sidón, reportó DPA.
AFP informó que aviones israelíes sobrevolaron el jueves por la noche el puesto fronterizo libanés de Masnaa, a seis kilómetros del puesto sirio de Jdaidit Yabos, así como la cadena montañosa que separa Líbano y Siria. «Las baterías antiaéreas del ejército libanés entraron en acción y dispararon sin alcanzarlos», agregaron las fuentes utilizadas por la agencia francesa.
Jefes militares y ministros del régimen de Ehud Olmert expusieron las intenciones sionistas de esta operación, en la cual podría extender el conflicto que quieren presentar exclusivamente contra Hizbolá, a la vez que intentan con ello dividir al pueblo libanés, según algunos analistas.
El ministro israelí de Justicia, Haim Ramón, provocó indignación —dijo EFE—, al declarar: «Hemos recibido ayer en la conferencia de Roma la autorización “de facto” del mundo... para continuar esta guerra, hasta erradicar la presencia de Hizbolá del Líbano y su desarme».
El llamado a filas de 30 000 reservistas provocó especulaciones de que Tel Aviv podría estar preparando una mayor ofensiva terrestre, comenta DPA.
Aunque el jefe del Estado Mayor del Ejército, Dab Halutz, apuntó que «no hay intención de crear una amenaza concreta contra nadie», el añadido de que «aquí hay una necesidad de prepararse en caso de que sea necesario», y su anuncio sobre la convocatoria de los comandantes, y «a su debido tiempo» de los subordinados, pronostica la prolongación del conflicto.
Recientemente el ministro de Defensa, Amir Peretz, aseveró: «Si es necesario seremos capaces de usar toda la fuerza requerida… Nuestro objetivo es crear un territorio limpio» en el sur del Líbano. El primer ministro Ehud Olmert admitió que planean crear «una zona de seguridad» de tres kilómetros de ancho.
También el ministro de Comercio, Industria y Trabajo de Israel, Eli Yishai, consideró la aniquilación total de los libaneses que apoyan a Hizbolá cuando dijo: «Debemos atacar desde el aire las localidades que presenten resistencia, después de llamar a los habitantes a abandonarlas. No tenemos que pisar las aldeas en las que se ocultan los terroristas de Hizbolá hasta no haberlas convertido en cajones de arena».