Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El control no lo es todo, pero…

En este inicio de la 3ra. Liga Élite del Béisbol cubano, el cuerpo de serpentineros de Ciego de Ávila se ha llevado las palmas con los mejores guarismos

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Lo más difícil dentro de un terreno de béisbol es batear, según dicen todos los que han practicado «al duro» este deporte. Pero hasta quienes hemos jugado a la pelota alguna vez en el barrio, «al suave», sabemos que golpear la bola de 108 costuras y 2.86 pulgadas de diámetro no resulta una misión sencilla.

Si nos dejamos guiar por ese verídico criterio, podríamos llegar a la simple conclusión de que nuestras series nacionales muestran en la última década síntomas anómalos, fuera de lo común. Las estadísticas ofensivas que levitan por las nubes dentro del patio se traducen hoy en espejismos que quedan tronchados luego, de golpe, en los estadios foráneos.

Con el bateo sobredimensionado que posee la Serie, muchas veces, por el contrario, lo que más difícil se torna es que un lanzador suba dominante y con lances controlados a la lomita.

Los números, año tras año, hablan de promedios de boletos por cada nueve entradas distantes de la media de las principales ligas extranjeras, donde se juega más del doble de la cantidad de partidos que en nuestra Serie Nacional.   

Sin embargo, cuando se concentran en la Liga Élite los mejores brazos de los que disponemos, aunque lejos todavía de lo que realmente desearíamos, la balanza toma cierto equilibrio. En la pasada edición del torneo, los seis conjuntos que vieron acción promediaron, en total, 156 boletos durante los 40 partidos del torneo, un número muy similar, por ejemplo, al mostrado en la última campaña por los equipos de la Liga Dominicana durante 50 juegos. 

En este inicio de la 3ra. Liga Élite del Béisbol cubano, el cuerpo de serpentineros de Ciego de Ávila se ha llevado las palmas con los mejores guarismos en cuanto a precisión y control se refiere.

Cuando el primer cuarto de la temporada ya es historia en el calendario de la Liga Élite, los muchachos de la tierra de la piña promedian 2.89 boletos por cada nueve entradas, muy inferior a la media del torneo de 4.19.

El hombre con el control más exquisito hasta ahora es el refuerzo mayabequense de los Leones de Industriales, Yadián Martínez, quien en 14 entradas de labor no se le ha embasado nadie en la primera almohadilla producto de los boletos. Su coequipero Pável Hernández también ha estado casi hermético en ese sentido. Digo casi, porque el talentoso lanzador de los azules apenas ha otorgado una base por bolas en 14 capítulos.

Posiblemente, Dariel Góngora sea hoy el picher zurdo que trabaja con mayor precisión en la Liga cubana. El refuerzo de los Leñadores tuneros pone la pelota donde les duele a los bateadores contrarios y, recordemos que, a un zurdo controlado es difícil conectarle. Góngora solo ha regalado en lo que va de campeonato un boleto en 11 innings de actuación.

En una temporada de Liga Élite en la que no abunda el talento joven, José Isaías Grandales sigue acaparando cintillos y sacando la cara por la categoría sub-23. Además de ser el líder en efectividad del torneo, sin permitir anotaciones en 13.1 entradas, el refuerzo de los Tigres avileños ha trabajado dominante, al solo regalarle a la alineación contraria tres boletos.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.