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Dinamarca ganó su cuarto Mundial de manera sucesiva. Autor: IHF Publicado: 04/02/2025 | 09:16 pm
Más de una vez he escrito sobre las dinastías en los deportes colectivos, ya sea en circuitos profesionales o a nivel mundial. Ejemplos sobran y aquí dejo algunos que han marcado épocas: los Boston Celtics de la NBA; los New York Yankees de la MLB; el Real Madrid, Barcelona o Manchester United en sus respectivas ligas de fútbol; los New England Patriots de la NFL o Ferrari en la Fórmula 1. Equipos todos que han disfrutado la hegemonía hasta la saciedad durante más de un lustro.
Siguiendo esta línea y aprovechando la frescura de la noticia, Dinamarca este fin de semana volvió a ganar el Campeonato Mundial varonil de balonmano, después de rendir en la discusión por el título al representativo de Croacia, con marcador de 32-26, en Oslo, Noruega. Por cierto, la Unity Arena, con capacidad de 15 000 personas, recibió ese día a cerca de 13 500 aficionados.
El plantel danés consiguió esta actuación luego de vencer, desde la fase de grupos hasta el choque decisivo, por este orden, a Argelia (47-22), Túnez (32-21), Italia (39-20), Alemania (40-30), Suiza (39-28), República Checa (28-22), Brasil (33-21), Portugal (40-27) y Croacia (32-26). Como ven, en siete de sus nueve encuentros dominó con diferencia de diez o más goles.
Este fue el cuarto cetro sucesivo del elenco europeo en justas del orbe, tras las conquistas en las ediciones de Dinamarca y Alemania 2019, Egipto 2021 y Polonia y Suecia 2023. En casi 90 años de existencia del Campeonato universal, ningún otro país ha ganado tres versiones consecutivas, de ahí que el más reciente desempeño de la nación escandinava solo agiganta su leyenda, unido a que se mantiene invicta desde la lid de 2019 —acumula 37 partidos y balance de 36 triunfos y un empate contra Croacia en 2023— y es la actual campeona olímpica, tras salir victoriosa en sus ocho presentaciones en París, Francia, en agosto pasado.
En la última edición mundialista, Dinamarca estuvo liderada por el fenomenal lateral derecho Mathias Gidsel, considerado por muchos el mejor jugador del orbe, quien dejó, una vez más, métricas asombrosas. Gidsel, de 25 años y ficha del club alemán Füchse Berlín, recibió el premio de MVP, respaldado por su liderato en goles, con 74 en 107 disparos (69 por ciento de efectividad), 20 más que los segundos mejores
artilleros, el portugués Francisco Mota Da Costa y el francés Dika Mem.
La tropa de Nikolaj Bredahl Jacobsen, además de haber contado con Mathias, presentó un portero inquebrantable—Emil Nielsen, titular del FC Barcelona de la Liga ASOBAL—, una defensa fabulosa, una ofensiva cruel y varios efectivos de primera línea. Con esos atributos, perder era muy poco probable.
«En el balonmano se han producido milagros en el pasado. Pero aquí no había lugar para ninguno. Esta dinastía, una potencia única en su tipo, no iba a ser detenida, especialmente por un equipo que parecía no tener nada más que dar. Un batallón de Croacia que se superó a sí mismo. Al igual que en los partidos anteriores, Dinamarca demostró que cuando quiere, acelera y luego... se acabó. Un logro fantástico, impulsado por la pasión, el compromiso y el deseo», reseñó la página web del torneo.
Tanto Mathias Gidsel como Emil Nielsen fueron parte del equipo Todos Estrellas de la competición, junto al galo Dylan Nahi, el danés Simon Bogetoft Pytlick, los croatas Ivan Martinović y Mario Šoštarić, y los portugueses Martim Mota da Costa, Francisco Mota da Costa y Víctor Manuel Iturriza, nacido en La Habana y seleccionado mejor pívot. Iturriza, cuarto bajo la camiseta lusa, fue el tercero con más dianas en su colectivo, merced a 36.
