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Jorge Luis «Tati» Valdés. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 28/01/2025 | 10:51 pm
Hay peloteros que marcan épocas por sus resultados y coraje sobre un terreno de béisbol. Jorge Luis «Tati» Valdés, quien falleció este martes en su natal Matanzas a la edad de 63 años, fue uno de esos deportistas consagrados que la gente común, los aficionados, admiraban solo de verlo lanzar con su Henequeneros.
Para muchos, «Tati» es considerado uno de los mejores serpentineros zurdos que ha pasado por nuestras series nacionales. Espigado y veloz, ágil y certero, el también conocido como «Zurdo de oro» participó en 20 campañas nacionales y representó con honor y dignidad nuestras cuatro letras en eventos foráneos.
En su pródiga carrera obtuvo 234 victorias (mayor cantidad para un lanzador zurdo), dejó un promedio de carreras limpias de 3.13, y ponchó a 1 982 rivales en 519 juegos lanzados.
En 1977 hizo su debut con el equipo Citricultores, y posteriormente con Henequeneros, alcanzando el título nacional en 1990 y 1991. Entre los resultados más descollantes vistiendo el traje del equipo Cuba estuvieron el título olímpico de Barcelona 1992 y los cuatro oros en campeonatos mundiales.
Sin convencer en Managua
No recuerdo que en eventos internacionales de béisbol a cualquier nivel un equipo antillano fuera noqueado y apabullado dos veces de manera consecutiva. Pero de nuevas experiencias (negativas) está cargada la versión actual de la pelota cubana.
En la 1ra. Serie de las Américas, los Leñadores de Las Tunas sufrieron dos espantosos fuera de combate a manos de Curazao y Colombia en el Estadio Nacional Soberanía, en Managua, que dejaron, de nuevo, el insípido sabor de los desastres para un deporte que es Patrimonio de la nación. Los golpes de realidad, lamentablemente, sacuden a cada instante nuestro pasatiempo nacional.
Ni siquiera la victoria de este martes de 18 anotaciones por 5 frente a unos desconocidos argentinos —que llegaron a tierras pinoleras con más amor al deporte y fuerza de voluntad de sus miembros que apoyo institucional del país suramericano— maquilla, a estas alturas del torneo, el anémico desempeño de los jugadores cubanos.
Las estadísticas de los Leñadores antes del choque frente a Argentina mostraban números pésimos en los tres aspectos fundamentales: bateo, picheo y defensa. Nadie en la 1ra. Serie de las Américas, por ejemplo, ha bateado menos que el equipo que representa al balcón del Oriente.
En cuatro choques, los dirigidos por el doble campeón nacional Abeysi Pantoja habían compilado un pobre promedio ofensivo de .237, cuando la media del torneo estaba situada en la frontera de los .300.
Pero si de guarismos desastrosos hablamos, a la defensa los tuneros acumulan ocho errores en cinco pleitos, sin contar las pifias mentales que violan los fundamentos esenciales del juego y no van a la pizarra. El área de los lanzadores también ha hecho aguas y, para una muestra, están las cinco carreras permitidas al conjunto más débil de la Serie.
Con semejante desempeño no se puede aspirar a otra cosa que depender de otros. Y al cierre de esta edición solo una victoria de Nicaragua sobre Colombia podría salvarnos de no quedar eliminados en la etapa de clasificación del torneo.
Como diría un buen amigo, no hay por dónde coger los resultados de los equipos Cuba en los últimos tiempos, que hoy es Las Tunas representando a la Isla, pero anteriormente fue el Premier 12 y otro largo rosario de eventos internacionales en los que la selección antillana ha cavado su propio hueco con los pálidos resultados.
