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La laureada ex corredora cubana de 400 y 800 metros Ana Fidelia Quirot valoró este viernes la trascendencia de competir en unos Juegos Olímpicos y de sentirse seguida por millones de personas en casa. Autor: Prensa Latina Publicado: 19/04/2024 | 01:33 pm
París, abril 19. — La laureada ex corredora cubana de 400 y 800 metros Ana Fidelia Quirot valoró este viernes la trascendencia de competir en unos Juegos Olímpicos y de sentirse seguida por millones de personas en casa.
Puedo decirte que para un deportista acudir a estos eventos es lo máximo, es vivir el orgullo de representar a millones de personas y la oportunidad de apreciar de cerca el símbolo de solidaridad, amistad y unidad de los pueblos que representan, reafirmó la doble medallista olímpica (plata en Atlanta-1996 y bronce en Barcelona-1992) a Prensa Latina.
La también bicampeona mundial en los 800 metros planos participó la víspera en un acto promocional de la marca Adidas, que escogió a atletas y paratletas destacados y a glorias deportivas de una quincena de países para presentar uniformes, calzados y otros atuendos de cara a los juegos de París-2024, los cuales comenzarán el 26 de julio.
Según Quirot, aprecia con gran cariño el interés de millones de cubanos por seguir sus actuaciones en el escenario internacional, insistiendo a menos de 100 días de París-2024 en la relevancia de las citas bajo los cinco aros.
Destacó que está satisfecha con lo que hizo por Cuba y que ha sentido el apoyo del pueblo, siempre pendiente de la televisión, la radio y la prensa escrita en cada gran competencia, subrayó.
En el caso de los Juegos Olímpicos, destacó que son algo especial, «porque aunque se suele decir que se necesitan cuatro años para prepararlos, la verdad es que desde el momento en que damos los primeros pasos en este deporte en el que competimos, sueñas».
Por supuesto, recibir una medalla, o ser finalista del evento es lo mejor, pero solo participar es una alegría enorme y un recuerdo inolvidable, afirmó.
La múltiple medallista olímpica y mundial también expresó su orgullo de representar a Cuba durante toda su fructífera carrera, calificándola como una Isla pequeña, subdesarrollada y bloqueada con resultados relevantes en varios ámbitos.
