A estas alturas ya usted debe saber que el Real Madrid es el campeón de la Supercopa de España. También debe conocer que lo logró de forma contundente en el partido final, para suerte nuestra el Clásico del fútbol ibérico.
Cuatro equipos se dieron cita en Arabia Saudita para dirimir el ganador del llamado primer título de la temporada, ahora disputado a mediados del curso por cuestión de patrocinio. Derbi madrileño por un lado, y Osasuna y Barcelona en el otro duelo semifinal.
Pamploneses y catalanes disputaron un partido trabajoso, por la necesidad de Osasuna de protegerse y buscar sorprender. Por más que resistieron los ataques azulgranas y su delantero Budimir buscaba un espacio entre la defensa culé para rematar.
Un Barça menos deslumbrante que en años anteriores marcó el primer tanto en el minuto 60, obra de Robert Lewandowski. Osasuna quiso reaccionar pero se topó con una ordenada defensa que no dio opciones de disparo claro. En el agregado, Lamine Yamal anotó el gol de la tranquilidad para sentenciar la eliminatoria.
El otro duelo puede considerarse digno del partido decisivo de este corto torneo. Merengues y colchoneros no dieron su brazo a torcer en 90 minutos, en los cuales se anotaron seis goles. Los de Ancelotti remaron a contracorriente durante el tiempo reglamentario, y tuvieron que empatar en dos ocasiones para forzar la prórroga.
Agotados por un ritmo extenuante de partido, nada ocurrió hasta el minuto 116, cuando el defensor Stefan Savić mandó el balón a su portería. A falta de cuatro minutos, el Cholo Simeone mandó a los suyos a buscar un gol. Un córner que el arquero Oblak subió a rematar dejó la portería libre para que Brahim anotara el quinto tanto merengue cuando ya superábamos las dos horas de partido.
Todo listo así para el duelo final. Los equipos de Xavi y Ancelotti reeditaron el partido de la final anterior, con un resultado diferente: el técnico italiano se impuso a su rival desde lo táctico y sus pupilos interpretaron el plan a la perfección.
La línea de cuatro mediocampistas del Barça se vio superada por la disciplina y talento de los centrocampistas merengues. La espalda de la zaga culé fue castigada con dos pases largos que acabaron en goles de Vinicius Jr. Solo habían transcurrido diez minutos del pitazo inicial.
Con el Madrid cómodo y el equipo de Xavi en la lona, los de Ancelotti sacaron el pie del acelerador. Ante un rival de semejante historia y en una final, no pueden ocurrir esas actitudes. Robert Lewandowski aprovechó un balón en el borde del área para descontar.
Pudo ser el viraje de viento que necesitaba el Barça para reconducir un partido cuesta arriba, pero se quedó en utopía. Minutos después Araújo agarró a Vinicius en el área y el árbitro no dudó en señalar penalti, aunque la acción puede causar dudas.
El brasileño no falló desde los once pasos y otra vez ponía al Barça ante una tarea titánica. Sin reacción el equipo catalán desde el campo y el banquillo comenzó el segundo tiempo, de puro trámite. Rodrygo aprovechó un rebote y marcó el cuarto gol madridista.
El año comienza con sensaciones opuestas para los equipos grandes de España: el Real Madrid mantiene una regularidad de juego y resultados que ya le ha dado un título y le mantiene en carrera por Liga y Copa; mientras el Barça necesita espabilar si no quiere pasar un año en blanco. Y viene el tramo más exigente de la temporada.