Una mirada desde el fondo

Tras caer por cuarta vez consecutiva, Agricultores de Cuba sigue hundido en el fondo de la clasificación de la Serie del Caribe Gran Caracas 2023. Igual que el domingo ante México, Colombia los doblegó este lunes por diferencia mínima.

Hubo quienes creyeron que no se iban a recuperar de la paliza sabatina, cuando Leones de Caracas los vapulearon con récord de jits (25) y abultado marcador de 20-3, que figura entre los más desproporcionados en la historia de estos clásicos regionales. Pero los muchachos salieron al día siguiente convencidos de que un juego no se parece a otro.

Ante Cañeros de los Mochis (5-6) y Vaqueros de Montería (4-5), el plantel campeón de la Liga Élite (LEBC) quedó a una vuelta del empate. El picheo aguantó más de lo que su menguado currículo internacional presagiaba, pero el ataque sigue siendo insuficiente. No hay juego hasta ahora en que hayan ligado una decena de imparables.

Si comparamos la nómina de los nuestros con las demás, la diferencia se nota. Es tan clara como el agua que baja de las montañas. Los otros equipos, más que a su club, representan su liga, y no fue esa la filosofía de los directivos del béisbol cubano respecto a esta edición.

Desde un principio se dijo que iría el campeón de la LEBC con ligeros ajustes, y se cumplió. La cosecha en la Serie del Caribe está en correspondencia con las posibilidades (y hasta por encima) de un picheo mediocre y una banca incapaz de resolver situaciones puntualmente complejas a la ofensiva.

Agricultores está entregándose como puede, con las mismas herramientas y variantes tácticas desplegadas en los campeonatos domésticos, donde los desaciertos al ejecutar fundamentos de juego suelen pasar desapercibidos.

Coincido con el profesor José Manuel Cortina en que el principal problema de nuestras selecciones es de adaptación. Jugamos una liga en casa contra nosotros mismos, y en las demás casi siempre interactúan atletas de varios países y escuelas, cuyos pícheres siempre —e insisto: siempre— superan la velocidad media de la nuestra y sus repertorios son más amplios también.

Resulta muy lamentable que no solo está en juego el resultado de un equipo, sino la historia de un país en un torneo del que fue fundador y uno de los máximos ganadores en su primera etapa. En casi todas las entrevistas, los rivales han elogiado al béisbol cubano.

Pese a las derrotas, reconozco el esfuerzo de Agricultores en el torneo, salvando lo sucedido ante el equipo anfitrión. Ni Carlos Martí ni sus muchachos han de ser blanco de críticas desmedidas.

La Serie del Caribe no debe asumirse como un premio o un torneo turístico. Pareciera una verdad de Perogrullo, pero está costando mucho no entenderlo así. Para estímulos hay que buscar otras opciones, menos competitivas y más «paseísticas».