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Por primera vez, Cuba participó en una Olimpiada Mundial sub-16 de ajedrez. Autor: Cortesía de Rodney Pérez Publicado: 27/12/2022 | 08:52 pm
Cuba estuvo este año en dos Olimpiadas Mundiales de ajedrez. La primera participación fue en el principal evento de este tipo, en Chennai, India, donde tanto el plantel masculino como el femenino concluyeron en el puesto 19 de sus respectivos grupos. Dos meses después de ese certamen, a principios de octubre, nuestro país asistió a la Olimpiada universal sub-16, celebrada en la ciudad azerí de Nakhchivan, donde el representativo antillano descansó en el escaño 12, después de nueve rondas.
El equipo integrado por el habanero Daniel Hidalgo, el camagüeyano Leduard Manuel González, el artemiseño José A. Hernández y la mayabequense Greter Caballero sumó diez puntos, resultado de cinco victorias ante Azerbaiyán-Nakhchivan, Bangladesh, Kirguistán, Turquía-White y Moldavia, y cuatro derrotas frente a Azerbaiyán 1, Turquía Red y Uzbekistán 1 y 2.
El elenco insular, aunque acabó en la duodécima plaza, tuvo una primera mitad muy buena e incluso logró incluirse en el tercer escaño tras el término de la quinta ronda. Del cuarteto de trebejistas solo el tercer tablero, el artemiseño Hernández, había intervenido en un evento en el extranjero.
Juventud Rebelde conversó con el villaclareño Rodney Pérez, capitán del conjunto y del colectivo varonil que concursó en la justa de Chennai, quien aseguró sentirse contento con el desempeño de los adolescentes y por su actitud y optimismo todos los días en un torneo tan exigente. La primera parte del certamen se disfrutó mucho y llegamos a jugar en la segunda mesa, añadió, lo que es una clara muestra de que se estaba teniendo un destacado rendimiento.
No obstante, Rodney reconoció que se quedó al final con un sabor un poco amargo, pues tenía la ilusión de finalizar entre los diez primeros equipos, pero el revés en la ronda conclusiva ante Uzbekistán 1 lo impidió. El hecho de estar jugando arriba buena parte del campeonato pone el listón bien alto, agregó.
El coach explicó que la formación antillana acudió con cuatro ajedrecistas, mientras los elencos favoritos, que anclaron en los lugares cimeros, intervinieron con cinco como mínimo, lo que les permitió descansar a sus figuras y a la isla le exigió realizar un estudio más amplio sobre los trebejistas a enfrentar. Obviamente esto repercutió en que los jóvenes cubanos no pudieron tomarse un asueto en ninguna de las jornadas competitivas, provocando un agotamiento que quizá se reflejó en la recta decisiva de la lid azerí.
Pérez apuntó que sus discípulos respiraron ajedrez en todo momento, pues apenas salieron del hotel, donde se dedicaron a analizar las fortalezas y debilidades mostradas en las partidas previas y a planificar posibles estrategias para los compromisos siguientes. En ese sentido el sacrificio de cada uno de ellos fue muy grande y aclaró que el ranking inicial no fue del todo fiable, después de dos años de inactividad.
«Este tipo de eventos mundiales por equipos son de vital importancia para los trebejistas adolescentes o niños. En estas edades es muy necesaria la motivación para poder obtener grandes resultados. Para Cuba es bastante complicado plantearse participar en campeonatos de estas características por la situación económica existente. A Nakhchivan se acudió gracias al apoyo brindado por la FIDE y eso permitió que nuestro país concursara por primera vez en una Olimpiada Mundial para menores de 16 años. Pesaron varios factores para que nos extendieran esta invitación, a falta de un mes para el comienzo, entre ellos el resultado alcanzado por las dos escuadras en Chennai.
«El solo hecho de competir en esta justa desarrollada en Azerbaiyán fue un gran premio para estos cuatro adolescentes y en la parte deportiva pudieron chocar con un ajedrez de muchísima calidad, porque estos países europeos y euroasiáticos son muy fuertes. Para el desarrollo de nuestro ajedrez en estas categorías sería favorable intervenir en otros eventos de este tipo, aunque sea con ayuda externa».
