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Veitía eterno

En 1986 comenzó a trabajar como principal entrenador del equipo nacional femenino y desde ese momento, hasta su retiro en 2016, sus discípulas sumaron cinco títulos olímpicos, más otras 17 preseas en esas lides

Autor:

Enio Echezábal Acosta

En este instante los judoguis de todos los atletas cubanos podrían perfectamente teñirse de negro. Ayer, en la tarde, el profesor y entrenador de judo Ronaldo Veitía, gloria del deporte no solo aquí, sino en el mundo entero, falleció luego de batallar durante semanas contra complicaciones de salud.

Recientemente, el estado general del maestro se había complicado mientras realizaba una visita a un familiar en España. Luego de estabilizarse, pudo regresar al país el 18 de octubre y desde entonces su caso había sido seguido por los especialistas del Instituto de Medicina Deportiva.

Veitía había comenzado su carrera como atleta, hasta que las circunstancias de la vida lo llevaron a quedarse al margen de los tatamis y asumir un rol diferente.

En 1986 comenzó a trabajar como principal entrenador del equipo nacional femenino y desde ese momento, hasta su retiro en 2016, sus discípulas sumaron cinco títulos olímpicos, más otras 17 preseas en esas lides.

Además, bajo su mando, las chicas consiguieron cerca de 50 medallas en campeonatos mundiales y dominaron ampliamente el continente americano en varios juegos multideportivos.

Gracias a todos los resultados de sus pupilas, Ronaldo mereció como pocos ser exaltado en 2019 al Salón de la Fama de la Federación Internacional de Judo, premio considerado como el mayor mérito para un artista marcial de la disciplina.

Después de su despedida del alto rendimiento se mantuvo preparando a las siguientes generaciones en su natal municipio del Cotorro.

Desde aquí, enviamos a todos sus seres queridos nuestras condolencias en este duro trance.

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