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Andy Cruz buscará repetir su actuación de hace dos años en Ekaterimburgo y bailar de nuevo sobre el ring. Autor: AIBA Publicado: 04/11/2021 | 09:53 pm
Yoenlis Hernández está a menos de diez minutos de sentir, estoy seguro, la mayor ola de felicidad de toda su carrera deportiva. Este jueves le ganó al italiano Salvatore Cavallaro con votación unánime de los jueces —como ha sido la tónica en todas sus peleas— el combate semifinal en los 75 kilogramos del Campeonato Mundial de Boxeo de Belgrado, Serbia.
Cavallaro, un púgil con cuatro apariciones en torneos de esta índole, intentó convertirse en un espejo de los movimientos del cubano. El primer round transcurrió en la larga distancia. Por la aparente similitud inicial de estilos, los primeros compases dieron la impresión de que sería un combate más complicado para Yoenlis de lo que fue.
A partir del segundo asalto, la velocidad del cubano, poco a poco, hizo que al italiano se le derrumbara la estrategia, perdiera la compostura, y comenzara a dar concesiones en defensa.
Yoenlis, como un tiburón que percibe sangre en el agua, intensificó sus ataques, y cerró el round como un trueno. Golpes pensados, milimétricos. Ningún ataque se realizó de manera deliberada. Ha sido un debut tremendo el del camagüeyano, convincente en cada una de sus presentaciones. Está a un paso de la consagración, el único «novato» cubano con vida en el torneo.
Yoenlis Hernández podría coronarse como campeón mundial en su primera presentación en estas lides. Foto: AIBA
Un poco más temprano, el pinero Herich Ruiz (86 kg) acusó el poco acierto de sus golpes y cayó —de manera apretada, en mi opinión— frente al azerí de origen cubano Loren Alfonso, bronce olímpico. Dos cosas resalto aquí: por un lado, la plausible actitud de Alfonso para con Ruiz y el colectivo técnico cubano al finalizar la pelea, mostrando que no siempre el hecho de pelear por otras banderas viene atado al desapego, al odio y el rencor. Por el otro, la enorme actuación de Herich, quien se trae a casa una medalla de bronce mundial, ganada con esfuerzo máximo en su primera cita de envergadura.
Después, en una de las peleas por los 57 kg, Osvel Caballero no pudo. Tras un primer asalto en el que su rival, el kazajo Serik Temirzhanov, fue visiblemente superior —el cubano, incluso, llegó a caer al encerado tras una escaramuza con el contrario— Osvel fue ganando en disposición boxística y logró, a base de pegada, remontar la diferencia en el segundo tramo. Y a pesar de que en el round final su boxeo fue mejor, cayó derrotado en las boletas con decisión dividida. No obstante, su medalla de bronce es también una buena nueva para nuestro pugilismo.
Andy Cruz va a discutir la corona en los 63,5 kg. Por más que en su pelea anterior por bronce el matancero lució menos veloz que de costumbre, la víspera se sacudió el letargo y venció de manera convincente al tailandés Somchay Wongsuwan. Su oponente, cuyo nombre es más largo que las oportunidades que tuvo de vencer al nuestro, no logró encontrar la manera de descifrar a Andy, que estuvo en un día dulce. De imponerse en la final, coronaría con un oro mundial un año que ya adornó con un título olímpico.
Y de Julio César La Cruz, ¿qué íbamos a esperar? El camagüeyano no le permitió a la suerte repetir el veredicto de hace dos años en Ekaterimburgo, y superó de manera aplastante al uzbeko Madiyar Saydrakhimov.
La Cruz, uno de los púgiles más laureados de nuestra historia, está muy cerca de lograr su quinta corona universal. Foto: AIBA
Recién empezado el primer round de la pelea por los 92 kilogramos, el cubano resbaló tras un golpe ilegal propinado por su contrario. La manera de mirar al uzbeko, al levantarse, fue premonitoria. La Cruz tuvo siempre el mando de la pelea, en las tres distancias, con golpes fuertes y precisos, y una defensa que le permitió soportar «como si nada» las pocas embestidas uzbekas a su anatomía. El agramontino, favorito incluso desde antes del inicio de la competencia, buscará su quinto título del orbe. Ya su nombre está escrito en la lista de los mejore púgiles cubanos de todos los tiempos.
