Yoenlis Feliciano Hernández es uno de los jóvenes que ya aseguró bronce en su debut en citas del orbe. Autor: Milan Ruzic Publicado: 02/11/2021 | 08:49 pm
Se podría decir que el Campeonato Mundial de Boxeo en Serbia comenzó este martes. Sí, desde hace días los púgiles de varias naciones del globo han estado eliminándose entre sí en los encerados del Stark Arena de Belgrado, pero la «caliente», la «verdad», el «ahora sí o sí» comenzó la víspera, con los carteles por la medalla de bronce.
Cuando se pelea por una medalla la cosa cambia. No es lo mismo enfrentarte a la eliminación en etapas iniciales que perder a las puertas del podio. Además, este tipo de torneos «embudo» hace que los mejores se enfrenten a medida que llega el final.
Con esto dicho, Yoenlis Hernández , Herich Ruiz y Osvel Caballero aseguraron con un 5-0 el subir al podio en su primera experiencia mundialista, en lo que desde ya se puede considerar como una actuación tremenda de nuestros debutantes, el 50 por ciento de la delegación cubana.
A primera hora, Yoenlis sometió al croata Gabrijel Veocic, apoyado en gran parte por el zigzagueo de su torso en defensa y a golpes rectos, rápidos.
Ruiz, por su parte, optó por pelear desde la larga distancia en un combate que se le presentó mucho más fácil de lo que hubiera imaginado. Su rival, el turco Burak Aksin, decidió economizar en demasía su movimiento en el ring y le permitió al cubano conectar de manera fácil cuanto golpe tiró.
Osvel Caballero, frente al mexicano Miguel Vega, tuvo que emplearse un poco más. En un primer asalto poco común, en el cual ambos púgiles se vieron enfrascados en un constante intercambio de golpes y no en el usual «escaneo» del rival, el nuestro sacó la mejor parte en las papeletas, con una votación de 4-1.
En el segundo tramo de pelea, Vega logró conectar más golpes a la anatomía de Caballero, aunque el cubano también sumó algunos puntos en las combinaciones. Al momento de entrar al último round, el azteca había acortado distancias, tanto en términos de ánimos como en las boletas. No obstante, descuidó la defensa en pos de aumentar sus opciones en ataque y esto hizo que el nuestro sacara ventaja. Victoria de 5-0, votación en mi opinión ligeramente dadivosa hacia el caribeño, que hubiera ganado de todas formas.
Otra pelea que también se «enredó» un poco fue la que enfrentó a Andy Cruz con el uzbeko Mujibillo Tursunov. El primer asalto fue dominado por el matancero, pero en los siguientes 90 segundos dos jueces lo vieron perder.
No obstante, el que es considerado como el mejor boxeador libra por libra en nuestro país se recuperó y se impuso en el cierre, apoyado en su velocidad. Una cosa queda clara: los reflejos de Andy no son humanos.
Al cierre de la jornada, el tetracampeón del mundo Julio César La Cruz no dio tregua al anfitrión Sadam Magomedov, un púgil ruso nacionalizado serbio de una imponente presencia física.
La Cruz, guardia baja, tranquilo, mirada fija en su oponente, fue de menos a más, en cuanto a intensidad. Magomedov apenas tiraba, quizá por el temor a fallar y quedar expuesto a un golpe definitivo del agramontino.
Julio César es un show. En el tercer asalto, ya sabedor de su superioridad en las papeletas, el cubano comenzó su «baile». Su manera de pelear, con la guardia baja, con movimientos repentinos hacia los lados, esquivando, debe ser desesperante para los rivales.
La nota negativa —si no triste— de la jornada la puso el novato welter Kevin Brown, víctima 3-2 ante el georgiano Lasha Guruli. En mi opinión, aunque sin medalla, Brown lució muy bien hasta el campanazo final de su trayecto serbio.
Cuba ya ha asegurado más medallas de las logradas en la edición anterior en Ekaterimburgo 2019, donde se obtuvo una medalla de cada color. El objetivo de la tropa de Rolando Acebal es mejorar la actuación de entonces.