La velocista santiaguera cerró con oro y récord mundial. Autor: Prensa Latina Publicado: 04/09/2021 | 10:18 pm
No conforme con sus dos títulos en los 400 metros planos primero (52.58 segundos) y en el hectómetro más tarde (11.49 ), la velocista cubana Omara Durand salió una última vez a la pista del Estadio Olímpico de Tokio con el propósito de escalar el podio por tercera ocasión en la lid.
Acompañada de su inseparable guía Yuniol Kindelán, la estelar santiaguera dominó, sin dar margen a las dudas, los 200 metros de la categoría T12 con la impresionante marca de 23.02 segundos que constituyó, además, un nuevo récord mundial, y relegó al segundo y tercer puesto a la ucraniana Oksana Boturchuk (24.48) y la rusa Anna Kulinich-Sorokina (24.85), por ese orden.
El nuevo título bajo los cinco aros de Omara, octavo cetro que levanta en estas justas, dio a Cuba su cuarta medalla dorada en el certamen y mereció
elogios del Primer Secretario del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien acudió a su cuenta en Twitter para honrar a la plusmarquista.
«Gracias a la imbatible #OmaraDurand y a su estelar guía Yuniol Kindelán por el alegrón de la madrugada al coronar con otro oro y récord del mundo la actuación de #Cuba en los #JuegosParalimpico #Tokio2020», escribió el mandatario, quien poco después de esta publicación contactó vía telefónica con la muchacha y su guía para felicitarlos por su actuación, según detalla el diario Jit.
«Cuba los ha seguido, y a toda la delegación, que ha jugado un papel dignísimo en estos Juegos Paralímpicos. Estamos orgullosos de ustedes. Esto demuestra la entrega y el compromiso, y también las posibilidades que da la Revolución para que personas como ustedes sigan adelante y den estos ejemplos que conmueven», expresó Díaz-Canel a ambos jóvenes.
Llegado el momento del adiós, no queda más entonces que vitorear a viva voz a nuestros atletas, a los que llegaron a la cumbre como Omara, Yuniol y el jovencito Robiel Yankiel Sol con su salto dorado de 7.46 metros (récord para la competencia), un brinco tan sorpresivo como inolvidable.
No hay cabida más que para los aplausos, dedicados a los también medallistas Leinier Savón, segundo en salto de longitud en clase T12 con 7.16 metros y Leonardo Díaz, que pudo acariciar su cuarta diadema paralímpica tras arrojar el disco hasta los 43.36 metros en su categoría F56. Y finalmente, resta el reconocimiento para todos esos deportistas antillanos que en suelo nipón, aun sin llevarse una medalla al cuello, hicieron vibrar de orgullo a toda Cuba, ubicándola como país en el puesto 33 del medallero.