Yosvani Torres Autor: Ismael Francisco Publicado: 24/02/2021 | 10:22 pm
Pudo haber ganado Granma que el hombre del juego fuiste tú. Como en tus buenos tiempos, te dieron o pediste la bola, no hay diferencia entre una acción y la otra, y ahora, aún sin sacudirte el polvo del viaje desde España a Pinar del Río y de ahí a Sancti Spíritus y con tu equipo casi obligado a la victoria, volviste a mostrar lo grande que eres, Yosvani Torres.
Quizá ni sepas todo lo que han dicho de ti en redes sociales algunos que estoy seguro que te han tenido siempre en un altar. Que si no estabas en forma, que si era una locura ponerte a trabajar tan rápido, que si Urquiola Jr. estaba dando por perdido el play off….
En tu defensa, entre los que salieron gallardamente, estuvo el profeta José Manuel Cortina. Dijo, entre otros elogios, que eres de esos «lanzadores que encima del box se siente un gigante, porque yo sí sé que Yosvani ha llegado a tan alto nivel a base de coraje y dedicación». Y ponchó a los que esgrimieron pesimismo con su rotundo: «Voy a ti». Y tú, tan Yosvani Torres como siempre, aunque no habías tirado ni una bola en esta serie, subiste al montículo olvidándote del mundo que no fuera el existente entre esas dos rayas de cal que son el universo del juego de béisbol.
Tu relevo lo hizo muy bien. Yoandy Cruz se anotó la victoria, pero él no se va a disgustar si los anotadores violan las reglas —siempre tan rígidas, sin alma— y te apuntan el éxito a ti. Porque ayer Pinar del Río ganó por ti, en un duelo en el que muy pocos, poquísimos, le daban a tu equipo más de un diez por ciento de probabilidades de triunfo.
Fue tu ejemplo y entrega, ese corazón que hizo las veces de tu diestra sobre el box, la inspiración para el resto; aunque, sea dicho también, los tuyos son de una estirpe quijotesca. Se vuelven Casanova, Linares, Lazo…, y queman a cualquier Hércules con ese humo embriagador del «a mí hay que matarme en el terreno». Ese Juan Carlos Arencibia está on fire. Da gusto verlo echarse al equipo a cuestas con su pedazo de bate y un guante imantado.
Que Granma jugó muy mal, es cierto. Que hubo lances que rompieron a favor de los Vegueros, también… Todo eso es real, pero nada quita méritos a tu proeza de este miércoles. Ellos pensaron que te iban moler a palos, y tú burlaste esa estrategia con oficio y más mente que brazo.
Les ganaste el pulso, campeón, con esa jugada maestra de lanzar, no en el montículo, sino encaramado en tu apellido.