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Hay estadios enormes, suntuosos, ultramodernos, pero sin alma. El alma de los estadios se la otorga la historia y quienes la escriben. Hay estadios vacíos en los cuales la solemnidad pesada de los hitos ocurridos allí te pone un pie sobre el pecho. Eduardo Galeano describe esto a la perfección: «los estadios vacíos todavía son cápsulas de memoria (…) Ahí todavía se escuchan los fantasmas de juegos del pasado, el júbilo de la victoria, y la tristeza de la pérdida».
El Estadio Atlético de la Videna, en Lima, es una instalación sencilla, nueva, pero con la suerte enorme de tener un bautizo inmejorable: será la sede del atletismo en los Juegos Pa-namericanos que se celebrarán en esa capital desde el próximo 26 de julio.
Por si fuera poco, su pista y terrenos recogerán el sudor de figuras internacionales de renombre dentro de este deporte. Por ejemplo, en los últimos días se confirmó la presencia en la justa de una de las grandes estrellas del atletismo mundial, el norteamericano Justin Gatlin, campeón olímpico de los 100 metros planos en Atenas, y quinto hombre más veloz de la historia, solo por detrás de otras leyendas como los jamaicanos Usain Bolt, Yohan Blake y Asafa Powell y su compatriota Tyson Gay. Además, fue campeón de relevos 4x100 me-tros en los Mundiales de 2015 y 2017, año en el que también obtuvo el oro en la prueba individual del Mundial de Londres. En esta ocasión, Gatlin será parte de la posta rápida estadounidense. Un lujo.
Además de la «Bala de Brooklyn», los norteamericanos llevan a Lima a Michael Rodgers (número 12 en el ranking mundial de los 100 metros) y Donovan Brazier (reciente ganador de la Liga de Diamante de Roma en los 800 metros), junto a Sharika Nelvis (líder de la Liga de Diamante en los 100 metros con vallas), Cassandra Tate (400 metros con vallas) y Kara Winger (subcampeona en lanzamiento de jabalina en los Juegos Panamericanos de To-ronto 2015).
Otras figuras que prestigiarán este escenario son las ja-maicanas Elaine Thompson y Shelly-Ann Fraser Pryce, ambas campeonas olímpicas. Thompson fue la reina de la velocidad en los Juegos Olímpicos Río 2016, al imponerse en los 100 y 200 metros planos, en tanto Fraser Pryce ganó los 100 en Beijing 2008 y Londres 2012, y ambas comparten la mejor marca del año en el hectómetro con 10.73 segundos. Además, ojo con la jovencita Briana Williams, también de la tierra del reggae, quien brilló en el Campeonato Mundial de Atletismo sub-20 de Tampere, Finlandia, en 2018, al imponerse en los 100 metros planos con 11 segundos y 16 centésimas y en los 200 con 22.50. La llaman la heredera de Usain Bolt.
El triple salto femenino ha puesto sobre la mesa los dos ingredientes principales para cocinar uno de los duelos más esperados de este año: el cara a cara entre la colombiana Caterine Ibargüen y la venezolana Yulimar Rojas.
La pugna entre Ibargüen, campeona olímpica en Río 2016 y titular en las dos últimas citas panamericanas, y Rojas, campeona mundial en Londres 2017, será un «calentamiento» para lo que vendrá semanas más adelante en los mundiales de atletismo de Doha, la gran cita del año en el calendario de esta disciplina deportiva.
Otra venezolana, la jovencita Robeilys Peinado, intentará elevarse más alto que las demás en el salto con pértiga. Recordemos que la caraqueña logró colgarse la medalla bronceada en el campeonato mundial de Londres hace dos años.
Empieza bien su historia el Estadio Atlético de la Videna. Igual la cosa pintaba bien desde hace meses, cuando el propio Usain Bolt, un fin de semana, corrió y le dio el visto bueno a la pista de calentamiento. Con un bautizo así…
