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Una nueva aventura acaba de iniciarse para el fútbol cubano. La talentosa selección masculina sub-17, al mando del director técnico Rufino Sotolongo, disputa por estos días en Trinidad y Tobago la fase final de la Unión Caribeña de Fútbol (CFU), rumbo al próximo Mundial de la categoría.
En este certamen intervienen ocho equipos divididos en dos grupos. Cuba, que fue enrolada en la llave B con sede en Puerto España, debutó el pasado sábado con triunfo de 2-1 frente a Curazao, con goles de Yandri Romero y Ribaldo Roldán.
Los cubanitos disputaban al cierre un crucial partido contra Guadalupe, que en su primera fecha se impuso por 2-0 a Surinam, cuarto equipo integrante del grupo.
Lo vital de este duelo era que si Cuba ganaba, estaría (casi) al alcance de uno de los cinco boletos que tributa el certamen para la ronda final de la Concacaf, que se disputará en Panamá, en abril de 2017.
De ocurrir un empate, entonces habría que esperar por los resultados de mañana —fecha de cierre de la fase preliminar—, cuando Cuba se enfrente a Surinam.
Vale citar que en esa gran final de la Concacaf en suelo istmeño, intervendrán 12 equipos. Y ya están clasificados el anfitrión Panamá, Canadá, México y Estados Unidos. Los cuatro mejores lugares de esa justa obtendrán boletos para la Copa del Mundo, con sede en la India, el próximo año.
Cuba se desbordó al ataque en la fase eliminatoria de la CFU, disputada en julio pasado, en el Parque Warner, en Basseterre, Saint Kitts y Nevis. Allí golearon por 9-0 a Dominica, 5-0 a Barbados y en el tercer duelo se impusieron también por 5-0 a los locales.
Cuba ha disputado dos Copas del Mundo de fútbol sub -17: la primera en Escocia 1989 y luego la edición de Italia 1991.
