El cubano no creyó en un rival con experiencia en el profesionalismo. Autor: Marcelino Vázquez Publicado: 21/09/2017 | 06:36 pm
RÍO DE JANEIRO.— El respeto era compartido. Se trataba de la pelea que abría la cartelera boxística en el Pabellón 6 de Riocentro, en esta ciudad. De un lado, uno de los púgiles profesionales que hicieron el grado para participar en los presentes Juegos Olímpicos; del otro, uno de los boxeadores más exitosos en el ámbito amateur, con tres coronas universales guardadas en su vitrina. Carmine Tommasone en una esquina y el vueltabajero Lázaro Álvarez en la otra. Y luego de tres asaltos, de nueve minutos de intercambios sobre el encerado, el boxeo cubano extendía hasta tres los eslabones de la impecable cadena de éxitos durante su estreno en la Ciudad Maravillosa.
Desde el mismo inicio del combate, el fajador cubano puso todo bajo control. Con ágiles movimientos de torso y piernas evitó cualquier embestida. Mantuvo la distancia justa para esquivar y contraatacar a su antojo y nunca dejó a su oponente, a todas luces acostumbrado a un ritmo más pasivo, acudir a sus mañas. Luego, guion repetido, pero nunca aburrido.
Tan concentrado estuvo Lázaro en su pelea que apenas notó el sonoro apoyo de la afición carioca, que lo arropó durante los tres rounds. «Fuera del ring todo es adorno. Claro que es bueno que te animen, pero hay que estar centrado en la táctica. Lo tengo muy presente y es una de mis reglas cuando peleo», dijo.
La victoria, limpia y justa, se tradujo en un 3-0 (30-27, 30-27 y 29-28) incontestable. Apenas un juez le vio perder en el último asalto, criterio cuestionable, aunque ya a esas alturas del pleito nada podía cambiar el curso de la historia.
«Era muy importante tener un buen debut. Pienso que lo hice bien y espero mantener el mismo nivel. El ring dirá la última palabra y la idea es seguir avanzando», comentó el estelar boxeador minutos después de que el árbitro levantara su brazo.
Lazarito fue tan preciso como sus golpes al momento de explicar que su estrategia fue «tratar de dominarlo y no caer en su estilo de pelea. El boxeo profesional es más estático que el amateur, y los boxeadores cubanos nos caracterizamos por movernos mucho, tener buena técnica y eso fue lo que traté de imponer arriba del ring».
Sabía que el sorteo le había puesto un reto importante en su primera presentación, pues lleva mucho tiempo lanzando golpes y respeta la calidad y la experiencia de un rival que ha peleado a nivel profesional, «pero los boxeadores amateur tenemos mucho que demostrar. Poseemos capacidad física, intensidad y mucha técnica. Se está demostrando aquí que tenemos mucho que decir sobre el cuadrilátero», aseveró.
El estelar peleador confesó que estudió muy bien a su contrario, al que respetó «como a todos». Su ruta continuará el próximo día 12 frente al estadounidense Carlos Balderas, quien debutó con triunfo de 3-0 frente al kazajo Belil Abdrakhmanov. «Pensaremos en la estrategia que vamos a plantear para ganar el combate y espero que todos los aficionados y toda la gente que me quiere me siga apoyando, porque seguiré luchando para coronarme», sentenció.